La marca italiana Antoniolupi, experta en baños de lujo, traslada su hacer al mundo de las alfombras. Lanza junto a Gumdesign, Tramato, una serie de 16 diseños de alfombras geométricas en el marco de la colección Tralerighe.
Antoniolupi
En 1950 Antonio Lupi abre las puertas de un negocio especializado en espejos y accesorios de cristal. Con el paso del tiempo, los baños fueron protagonizando el eje de su empresa y, desde hace 30 años, sus sucesores han conseguido replantear el producto dando con un resultado distinto al de sus competidores.
Respetando el estilo de la firma y bajo las premisas de elegancia, innovación y experimentación, los italianos se unen con el estudio Gumdesign para desarrollar la colección de alfombras Tramato, dentro del proyecto Tralerighe.
La complejidad de lo sencillo
Líneas horizontales, verticales y oblicuas se fusionan en negro para componer el diseño de estas alfombras geométricas. Cada creación está constituida por la agrupación de varias tramas individuales: rayas de diferentes grosores, tamaños y un reparto en diversas cantidades se expanden hasta morir en los extremos de la forma.
La particularidad de los conjuntos es sencilla, pero es la suma de todos ellos donde reside el verdadero valor de cada obra. El fondo, en un blanco cálido, acoge estos trazos apareciendo en mayor o menor medida en función de la proximidad entre líneas. Este tono, además, proporciona sensación de profundidad, y respalda las rectas y manchas con más amabilidad que un blanco puro.
Otra característica destacable es el marco, pues la trayectoria del contenido es lo que determina su configuración. Es por eso que encontrar una pieza rectangular o cuadrada—como suele ser común en este objeto— no es tan frecuente.
La superficie que presentan las 16 composiciones oscilan entre 2 y 3 m2. Si apreciamos su acabado, se realiza con la técnica tufting, que consiste en insertar lana sobre la base sin necesidad de construir un nudo.
El dominio de las rectas
El estudio británico Tom Dixon elabora alfombras con este mismo juego, aunque su acabado, al contener más número de rectas, parece más ruidoso que el de Antoniolupi.
Una similitud, aún más ajustada al perfil de Tramato, podrían ser las líneas dibujadas por Mies van der Rohe en sus bocetos, que en gran cantidad de ocasiones dejó plasmadas en papel con una precisión inmensa.
Contar el producto
Un punto muy interesante en cualquier propuesta es la manera en la que se da a conocer al público. En este caso, el resultado son unas fotografías, cuya dirección de arte respeta rigurosamente los valores y propósitos del sello Antoniolupi.
Las imágenes son limpias, y la intervención de objetos y personas se muestra en escena en su justa medida: lo suficiente para saber reconocer de un vistazo el tamaño del producto y las posibles opciones de combinación.
Las piezas están pensadas para ser disfrutadas en un espacio contemporáneo, en un clima que acompañe e impulse la alfombra como merece. Pero lo cierto es que un diseño de tales peculiaridades y tratado tan cuidadosamente desde su origen, ¿realmente debe ser pisado o debemos entenderlo como una obra artística y responder ante él como tal?
