Summumstudio suele ocuparse tanto del diseño interior de sus proyectos como del branding. En estas oficinas de la empresa de aguas FACSA, la interacción entre ambas facetas es máxima. Su minimalismo recurrente se articula de modo que el espacio, los materiales y los detalles hacen del interiorismo un programa silencioso de identidad corporativa en tres dimensiones.
La doble vertiente de Summumstudio
El término “minimalismo” define más una estrategia que un lenguaje formal, aunque generalmente lo identificamos con un estilo de líneas puras y ortogonales. El trabajo de Summumstudio responde a aquella y no siempre se atiene a este último, como prueba el organicismo ondulante de algunos de sus productos —las lámparas Woodstraps, para LZF— e interiores —los stands para WOW en Cersaie 23 y 24—. En estas oficinas para FACSA en Castellón, la restricción sí opera mediante rectas, ángulos de 90° y paralelepípedos, pero entenderlo como la aplicación estereotipada de un catecismo doctrinal o retórico sería equivocarse.

El estudio de José María Gimeno ejerce como una consultoría integral que se ocupa del interiorismo y el branding como variantes conectadas de una misma propuesta. En este caso, la elección estilística viene condicionada por ello. Por una parte, se trata de dar continuidad interior a la arquitectura del edificio diseñado por Ramón Pascual de La Torre: una solemne caja negra y reticular bien modulada en vanos que se abren a todas las orientaciones. Por otra, la abstracción geométrica y silenciosa despliega todo un programa de identidad corporativa en tres dimensiones, sin necesidad de recurrir a elementos gráficos.

Minimalismo arquitectónico al servicio de FACSA
FACSA se dedica a la gestión del ciclo integral del agua, así que lo que se plantea es construir una imagen que “debía contextualizar los valores diferenciales de la compañía a través de materialidades y detalles específicos”. Un gran hall, que hace de transición con el exterior prolongando el portal abierto en la fachada, nos conduce al corazón del proyecto: “Una gran escultura que funciona como escalera” articula como un eje las tres plantas, que alojan las oficinas técnicas y las áreas de dirección y presidencia en 8600 m2 de superficie.


La escalera es una gran caja de hierro plegada sobre sí misma y envuelta en una cortina de agua que cae sobre una lámina en su arranque. A la vez escultura e instalación, activa la triple altura y actúa como logo a gran escala y símbolo del ciclo del agua que define a la empresa. Los valores corporativos quedan expresos en la paleta de materiales, desde el hierro a los porcelánicos, los aluminios lacados y los vidrios ahumados.


La gama de grises juega con la luz tamizada con la sabiduría de un director de fotografía de cine clásico, de manera que la combinación de un número muy limitado de elementos resulta en infinidad de matices bajo una homogeneidad solo aparente. Todo son ecos: el motivo estriado de los bancos del hall, que se repite en las particiones de las oficinas y en la luminosidad fragmentada por los parasoles de las ventanas; la plástica de la cerrajería de la escalera. Todo, claro, con unos niveles de ejecución de máxima exigencia.

En este enlace puedes leer más artículos sobre otros proyectos de Summumstudio.