En esta vivienda para la familia con 3 niños los diseñadores han mantenido con maestría el equilibrio entre la utilización de colores vistosos, el estilo de un loft y el diseño moderno y contemporáneo. Combinando diferentes facturas, como la superficie áspera del hormigón y del encofrado con las superficies lisas y pintadas y con las facturas naturales de la madera.
Después de conocer al cliente y a su familia, una pareja joven y muy positiva con tres hijos, los interioristas Marina y Anton Fruktov notaron enseguida las ganas de apartarse de la gama más discreta y decantarse por una vivienda pintoresca y valiente. A esto se añadió que el cabeza de familia dijo muy pronto que soñaba con un hogar positivo y soleado para toda la familia, un espacio cómodo y amplio.
«El color ha añadido viveza y jovialidad. Define la identidad colorista de las zonas principales, diferencia la parte infantil de la de los adultos y confiere un aire teatral al dormitorio, al despacho y al cuarto de baño principal. Además, ayuda a crear un estado de ánimo lozano y festivo en la parte de los niños. Así que podría decirse que el color fue nuestra fuente de inspiración», mencionan Marina y Anton.
El piso con una superficie de 204 m2 ocupa la planta superior de una de las alas de un moderno edificio de viviendas. Al principio era un imponente espacio cuadrado con varias columnas de carga en el centro, de techos que alcanzan los 4 metros de altura y con numerosas ventanas que dan a tres lados.
En el centro de la vivienda, justo enfrente de la entrada, los diseñadores dispusieron las estancias básicas: el comedor, la cocina y el salón. Esta decisión ha permitido conservar la impresionante vista panorámica de Moscú que se abre desde las ventanas de las tres fachadas. Alrededor de la cocina, situada entre el comedor y el salón, se ha conservado un pasillo circular con ventanas para que los niños puedan correr libremente; de este modo la cocina se percibe como una isla independiente. «Estamos orgullosos de cómo hemos logrado vertebrar la cocina, el comedor y el salón. Le dedicamos mucho tiempo a sopesar las diferentes posibilidades. Finalmente, los convencimos de que optaran por este espacio unificado. Al mismo tiempo, hicimos que fuera cómodo y, allí donde era necesario, aislado», comentan los diseñadores.
A la derecha del recibidor encontramos las habitaciones y el baño de los niños, un cuarto de invitados y el cuarto de limpieza con un vestidor, unidos por un vistoso pasillo amarillo. A la izquierda se ha diseñado un espacio privado para el dormitorio principal, el despacho, un baño y un vestidor. Cada uno de estos elementos está separado por unas grandes puertas abatibles que dan acceso al salón y al comedor. Desde su parte de la vivienda, los niños acceden por estas puertas al comedor y los padres, al salón.
Los diseñadores han mantenido con maestría el equilibrio entre la utilización de colores vistosos, el estilo de un loft y el diseño moderno y contemporáneo. Han combinado diferentes facturas, por ejemplo, la superficie áspera del hormigón y del encofrado con las superficies lisas y pintadas y con las facturas naturales de la madera.
«Como la vivienda era bastante grande, hemos buscado soluciones y técnicas en las que se sienta la armonía, creando el imprescindible efecto visual, así como puntos de atracción y de énfasis», cuentan los autores. Por ejemplo, en el comedor hay una enorme pantalla en forma de cono truncado y girado ―construido siguiendo los esbozos de los diseñadores―, una mesa metálica «severa», estantería brutalista y un armazón rojo efectista, también de metal, que integran la cocina y los acentos coloristas que, cual leitmotiv, recorren toda la vivienda. El dormitorio y el cuarto de invitados están empapelados con vistosos motivos florales. Mientras que en el hall y en el baño de los niños se han utilizado los patrones en blanco y negro que tanto gustan a los diseñadores. Junto con los detalles gráficos en rojo y negro, equilibran un poco la resonancia sonora del espacio.
Mientras seleccionaban los muebles para este proyecto, Marina y Anton han partido siempre de la funcionalidad y de la calidad. Para los dueños del piso estas dos características eran muy importante. Como quedó claro durante todo el proceso, las ocasiones en que elegían algún elemento decorativo basándose solo en la estética eran escasas. Para este proyecto se hicieron de encargo, siguiendo los bocetos del estudio, bastantes objetos de ebanistería, todos los armarios, los vestidores, los aparadores, los muebles de la cocina y los de los cuartos de los niños. Y, lógicamente, se prestó especial atención a la calidad del producto y a su usabilidad.
«La relajación de los clientes y su confianza total en nosotros como profesionales del diseño influyó, sin duda alguna, en el resultado. Todo el proceso de trabajo ha sido sencillo y agradable, y estamos infinitamente contentos de que, al final, se haya logrado un interior tan jovial y vistoso para una familia tan maravillosa», confiesan Marina y Anton.
Texto Elena Grabar
Los interioristas Anton Fruktov, Marina Fruktov, studio Fruktov Interiors
@fruktovinteriors
Fotógrafo Mikhail Loskutov @loskutoff
Estilista Natasha Onufreichuk @onufreichuk
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