Cada proyecto comienza con un cliente, un lugar y un programa. Este comenzó con una pareja, una conversación y una maqueta hecha con los objetos que estaban sobre la mesa. En ese momento, se reconoció que se había alcanzado la forma que los clientes tenían en mente, incluso sin saberlo.
La pareja propietaria de la casa tenía una clara intención sobre los ambientes sociales. Para ellos, todos deben ser visibles y parte de la familia, sin importar si cocinan, leen o trabajan desde casa. Por otro lado, querían estar cómodos por la noche sin sentirse incómodos por las sombras y los movimientos exteriores. La división normal entre espacios sociales y privados se hizo más clara de lo habitual, gracias a estas limitaciones.
Esta fue la narrativa que empezó a construir el recorrido mental pegando todos los espacios interiores. Al llegar a la puerta, los invitados aún no entienden cómo se crean los espacios interiores, ya que los volúmenes no te dejan mirar hacia adentro, por lo que tendrás que encontrar el camino para entrar.
Una vez que se abre la puerta principal, como entrar al salón gris, hay expectación sobre lo que se va a ver a continuación. Los primeros rayos de luz natural son una invitación al salón. Los siguientes pasos revelan un techo alto, que conecta el piso superior a través de escaleras suspendidas utilizando la misma madera que se ve en el exterior de la casa, y todos los ambientes sociales y de trabajo, incluido el jardín exterior.
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