Desde 1998, Saint-Étienne aguarda una esperada cita con el diseño en su Bienal Internacional. El pasado de la ciudad como uno de los primeros escenarios de industrialización le otorga una visión pragmática a la par que reflexiva en torno a esta disciplina. En la 12º edición de su emblemático evento, celebrado del 6 de abril al 31 de julio, nos sorprende con una serie de exhibiciones que replantean los sistemas actuales en pos de aquello que más importa.
Los entresijos de la Bienal de Saint-Étienne
Hablar de crisis es igual que referirse a la condición humana o a la fluidez con la que Heráclito describía el universo. Un pequeño cambio en un sector influye en el desarrollo de otro, e incluso una decisión tomada hace 50 años puede afectar de alguna manera a nuestra contemporaneidad. La cuestión climática o la pandemia de covid-19 son algunas de esas circunstancias que han puesto de relieve una tarea pendiente en nuestras agendas: la de determinar qué caminos son los desechados y cuáles son los que merecen recorrerse con suma atención.
Este desdoblamiento en la travesía es el que los organizadores de la Bienal Internacional de Diseño de Saint-Étienne han tenido en mente para esta 12º edición. Titulada Bifurcations. Choisir L’Essentiel, el tema que rige las 7 exposiciones en la Cité du Design es precisamente ese: las bifurcaciones que se nos presentan como rizomas deleuzianos y la toma de conciencia sobre cuáles de ellas nos aproximan a un futuro más deseable. Estamos obligados a decidir en nuestro día a día, de ahí que en este evento se apueste por un hilo conductor que analiza el diseño en áreas de la vida cotidiana. Un empuje que nos moviliza, nos convierte en actantes y nos hace imaginar cómo escapar de esos callejones sin salida por pequeños huecos de esperanza.
Reflexiones sobre el diseño en la Bienal Internacional de Diseño de Saint-Étienne
A estas alturas, resulta tedioso no parar de escuchar “nada es igual que antes, ni nada volverá a ser igual que ahora” como el sintagma súmmum de la nostalgia. No obstante, si algo enseña la Bienal de Saint-Étienne es que una frase así no debe percibirse a modo de sentencia firme, sino como una llamada hacia lo misterioso. Tan misterioso como los nuevos usos con los que enfrentamos los objetos domésticos, como el desafío ecológico del diseño industrial, como el nuevo panorama dentro del hogar o en las aldeas rurales del continente africano. Nada es igual que antes porque puede ser mejor, ni nada será igual que ahora porque podemos mejorarlo.
Reinvención y flexibilidad
¿Se puede aprovechar un pequeño trozo de recogedor y otro de escoba para seguir barriendo? Algo tan sencillo como acercarse a lo familiar y deconstruirlo es la tarea que Mathilde Pellé ha llevado a cabo en Maison Soustraire. Quitar un 2/3 de un objeto nos muestra otra forma de diseñar en un momento donde la producción masificada no se comporta amablemente con el planeta. Esta visión de gran potencial inexplorado cuestiona nuestros estilos de vida por medio de los útiles cotidianos y la modificación de la funcionalidad que estrictamente tienen asociada. Aquello que sobra posee potencial para ser una fuente de oportunidades.
En la flexibilidad y la reinvención se halla la semilla de la prosperidad. Esta actitud es también la que se acopia en Dépliages, donde 40 artículos son concebidos por empresas francesas que han sorteado las limitaciones contemporáneas, respondiendo ante ellas desde el eje del progreso sostenible.
Encontramos atuendos de alta costura realizados con retazos de otras piezas prêt-à-porter, prótesis bioplásticas con sensores controlados por microprocesadores, el recolector de agua PLUV o un neumático de Michelin sin aire cuya base está hecha de elementos biológicos para su regeneración. Un universo que gira alrededor de cuatro categorías —Hidratar, Mover, Vestir y Curar— y que nos demuestra que la innovación en el diseño de producto está a favor de la transición ecológica.
Desde dentro hacia fuera.
Estos últimos años la población ha estado inmersa en muchos procesos de cambio. Durante el confinamiento, nuestra residencia se convirtió en aquello que nos hizo falta: un refugio, una oficina, un gimnasio, un aula de clase, etc. At Home nos adentra en un estudio sobre la nueva definición de vivienda y su evolución por medio de 5 directrices: Utopía, Identidad, Refugio, Conectados y Bienestar. Detrás de los muros de la casa no hallaremos ninguna estampa perfecta de Pinterest, sino un reducto donde ser nosotros mismos y mantenernos a salvo de elementos externos al mismo tiempo que conectados con el exterior.
En los 70, el diseño radical italiano estableció nuevos parámetros para el hábitat, pero también una mirada crítica con creaciones como La Portantina, de Michele De Lucchi, o La Casa Telematica, de Ugo La Pietra; de igual modo, el Grupo Memphis hizo lo propio con su mobiliario en los 80, visible en la Estantería Carlton de Sottssas. Y en la actualidad, la inclusión de naturaleza, de muebles duraderos —como los de Fernando Laposse— o de colecciones como Furniture Music de Yuri Suzuki se tornan imprescindibles para trazar un aura de bienestar. Porque el hogar siempre será un escenario mutable. Quizás en un futuro muchos incluyan una escalera-asiento High Spot de Jurgen Bey para aislarse y meditar o formen parte de una comuna como la Cité Radieuse de Le Corbusier.
De lo singular a lo plural o desde el otro lado del mapa hasta Saint-Étienne llega el continente africano, invitado de honor en esta Bienal. Singulier Plurielles nos educa sobre las prácticas de diseño situacional en localidades urbanas y rurales de África. Todos los enfoques oscilan por distintos marcos: desde la escala local a la global y desde el territorio hasta el cuerpo.
Este viaje por los distintos países que lo conforman nos hace descubrir materiales nuevos, como el ladrillo H para sustituir al hormigón, el empleo de tecnología de impresión 3D para crear prótesis —por la tunecina Cure Bionics— con el fin de ayudar a las personas; también el papel de la arquitectura como agente transformador en la rehabilitación urbana —el ejemplo de Alto Bomba (Cabo Verde) lo corrobora— e incluso el uso de reality shows para fomentar el trabajo agrícola o el arte humanitario y reivindicativo de Chaz Maviyane-Davies. Como informa el comisario de esta exhibición, Franck Houndégla: “Todos los proyectos tienen generosidad y un impacto real en las sociedades”. Razón de peso para aprehender mucho más sobre estas narrativas africanas.
Esta 12º Bienal de Saint-Étienne abre más de una ventana para que entre la luz y nos reconcilia con un presente que creíamos árido. Ir en contra de las bifurcaciones es oponerse al ciclo de la vida, ya que estamos sometidos a cambiar de dirección constantemente: ¿Reciclado o nuevo? ¿Plástico o madera? ¿Fast fashion o slow fashion? ¿Multinacional o local? ¿Industria o artesanía? Lo importante es ser consciente del mensaje y ser capaz de elegir lo esencial: a partir de ahí, los caminos prósperos se construyen solos.
En este enlace puedes ver información sobre a 10º Bienal Internacional de Diseño de Saint-Étienne.
Del 6 de abril al 31 de julio.
Maison Soustraire; Dépliages; At Home; Singular Plurielles; Autofiction; Le Monde, sinon rien; À l’intérieur de la production; FABécole; From Sensory to biomimicry.
