Aunque su materialidad sea distinta, la Montaña de Aire de Aether Architecture trae a la memoria un proyecto contenido en un interesante libro sobre arquitectura: La maison de Barbapapa escrito mano a mano por la proyectista Annette Tison y el escritor Talus Taylor. La similitud va también más allá de lo formal porque en este libro, y a través del tono limpio e imaginativo que potencia el territorio de la literatura infantil, se narra una aventura dentro de la que se reivindica la creación de edificios de formas orgánicas, plenamente armónicos con el cuerpo del habitante. En otras palabras, una manifestación de rebelde y auténtica libertad. O lo que es lo mismo, un deseo de habitar con alegría y naturalidad.
Esto último es sobre todo la razón de ser de la arquitectura efímera “Air Mountain”, una estructura hinchable y transparente concebida para funcionar como pabellón hinchable multifuncional en el OCT Phoenix Flower Festival celebrado este año. Dos conceptos constituyen el eje de su diseño: “la geometría micro-ecológica” y “el concepto fenómeno multidimensional”. El primero se centra en lograr una forma arquitectónica basada en las demandas medioambientales y los requerimientos del programa de uso. El segundo, en plantear una propuesta que no se erija como una entidad física independiente, sino como una fusión de arquitectura y paisaje, arquitectura y diversidad de usos o arquitectura y diferentes comportamientos/estados de ánimo. En realidad, hablamos de una correlación entre naturaleza y obra producida por el hombre.
El proyecto -diseñado por Zeling Huang, director del estudio de arquitecuura Aether Architecture y proyectista con formación en Bellas Artes- permite un uso tanto interior como exterior. Con una geometría inspirada por el cuerpo de las burbujas, el pabellón está formado por varias cúpulas. El interior ofrece una serie de áreas donde albergar todo tipo de actividades: conciertos, talleres, debates, representaciones teatrales… Mientras que el exterior se convierte en un original espacio público que invita al descanso y a jugar saltando sobre la superficie.
“Air Mountain” demuestra cómo es en la arquitectura efímera donde más a menudo se plasman propuestas de experimentación. En este caso, hablamos de un edificio/pabellón que investiga cómo entablar relaciones directas entre individuo y entorno mediante una arquitectura de genuina sensibilidad.
