Stempel & Tesar Architekti han materializado Villa Sidonius: un puente de acero en forma de vivienda liviana y etérea. Un experimento tecnológico que redefine la relación entre el espacio, la luz y la naturaleza por medio de la pureza formal y constructiva.
Una estructura de acero sobre la colina
Stempel & Tesar Architekti parecen haber concebido un verso suspendido en el aire. Como una casa que deseara tocar el suelo con la punta de los dedos, Villa Sidonius flota sobre una ladera de Praga, desmaterializándose entre la luz y el paisaje. Es un ejercicio de equilibrio entre lo sólido y lo intangible, donde predomina el rigor geométrico y la liviandad visual. Con una trayectoria asentada en la exploración relacional entre arquitectura y entorno, el estudio Stempel & Tesar Architekti ha cimentado un volumen que se aferra al terreno sin someterlo. Y todo en una estructura industrial que se organiza con una estratificación de lógica clara: una base anclada a la pendiente, un cuerpo intermedio que se abre al paraje y una cubierta que parece levitar.

La práctica de Stempel & Tesar suele reivindicar la precisión tectónica y la sensibilidad espacial. Y en Villa Sidonius, dicha dualidad se expresa en el juego de materiales: el hormigón visto en la parte inferior confiere solidez, mientras que el acero y el vidrio del volumen superior introducen una futilidad que amplifica la conexión con el exterior. Esto conlleva a que las grandes superficies acristaladas disuelvan los límites entre interior y exterior, permitiendo que la luz inunde los ambientes y convierta cada estancia en un mirador.

La villa que se abre hacia el paisaje de Praga
El estudio checo ha desarrollado un planteamiento donde cada componente aporta una cualidad específica: la madera en los interiores imbuye todo de calidez y contrasta con la frialdad del acero y el cristal, mientras que el hormigón otorga estabilidad y arraigo. Una especie de balance que nos lleva por niveles desde lo robusto a lo evanescente, y del peso de la materia y la ligereza de la percepción. En este sentido, Villa Sidonius dialoga con otros proyectos del estudio, como en la reconstrucción de un molino en Bohemia Central, que aguarda un inciso en su armazón. Curiosamente en ambas obras, las estancias se extienden a través de ventanales, permitiendo que el entorno se convierta en parte activa de la arquitectura.


Asimismo, aunque parezca lo contrario, la distribución de Villa Sidonius equilibra la privacidad con la apertura. El nivel bajo, semienterrado, alberga las áreas más técnicas y de servicio, mientras que el intermedio se vuelve el núcleo vital del hogar, con una configuración fluida que favorece la interacción entre los habitantes y el paisaje. Además, uno de los aspectos más innovadores es el sistema de sellado neumático: una solución que optimiza la eficiencia energética y el confort térmico. Este recurso tecnológico hace que la vivienda respire con el clima de Praga, regulando la temperatura y la ventilación de manera inteligente.

Desde la distancia, Villa Sidonius parece una escultura posada con delicadeza sobre la ladera, como si en cualquier momento pudiera despegar y alzarse sobre la ciudad. Y es en esta sensación de ingravidez donde radica su potencia estética y conceptual. Es, por tanto, un ejemplo paradigmático frente a esa búsqueda por la síntesis entre forma, tecnología y naturaleza. En su aparente simplicidad, condensa un pensamiento arquitectónico profundo que conecta con los principios del racionalismo, pero también con la poética de la levedad que persiguen arquitectos como SANAA o John Pawson.

Eso hace que en la trayectoria de Stempel & Tesar Architekti, esta villa se sume a una serie de proyectos residenciales que se conciben como un umbral abierto hacia la contemplación del entorno. Una casa que se posa sobre la tierra y nos hace vivir en primera persona la relación del humano y el paisaje, de la permanencia y la fugacidad.

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