Hace unos meses se celebró la 5º edición de Glassmakers’ Night: un evento internacional donde Brokis, la prestigiosa firma checa de iluminación, presenta sus novedades. Allí descubrimos la fábrica, conocimos el entorno de trabajo, el tratamiento del material, la laboriosa y rigurosa investigación tras el resultado final y entendimos la apuesta global de la marca por el diseño de autor. Lucie Koldova, Dan Yeffet, Boris Klimek, Chiaramonte Marin, Fumie Shibata, Lenka Damová, Vrtiška & Žák, LCM MARIN design studio, Filippo Mambretti o Federico Peri son algunos de los nombres que han apuntalado el crecimiento de Brokis en este camino por la excelencia.
Brokis: reactivar la historia del vidrio desde la modernidad
La fabricación de vidrio en la República Checa tiene una larga historia; por algo la calidad de su vidrio fundido y sus productos han alcanzado la excelencia y el prestigio a escala mundial. En este marco, Brokis es un ejemplo de tesón, entusiasmo y afán de competitividad. Fundada en 2006 por el empresario e ingeniero checo Jan Rabell, su desafío fue reconvertir la deteriorada fábrica Janštejn Glassworks —a unos 140 kilómetros al sureste de Praga, cerca del pueblo de Horní Dubenky— para elevar el nivel de la cristalería bohemia. Lo más valeroso de su tarea ha sido insuflar con innovación esta labor, sin dejar de preservar generaciones de conocimientos y saberes artesanales en un momento en que tecnologías y métodos tradicionales corrían el riesgo de perderse.
Hoy, la empresa proyecta audaces composiciones de iluminación combinando el vidrio soplado a mano con otros materiales refinados, como la madera o el metal prensado. Así han elaborado un catálogo —cada vez más amplio— en el que cuentan con diseñadores y arquitectos de renombre que proponen luminarias funcionales y componentes decorativos. Un afán con el que fortalecen sus propias instalaciones de producción —con más de 200 años de historia— y añaden atractivo a una firma que compite en el podio de la más alta producción de artefactos de cristal.
Técnica, experimentación matérica y libertad creativa dan lugar a piezas únicas y en pequeñas series, que forman parte de su expansión internacional a 70 países. Como el propio Rabell señala, su visión de futuro se asienta en “devolver a la fábrica su antiguo prestigio y garantizar que la milenaria tradición vidriera bohemia perdurara en el siglo XXI”. Y lo ha conseguido, ya que, en la actualidad, Janštejn Glassworks es el mayor productor de vidrio especial para iluminación de la República Checa.
Diseño de iluminación con poder sugerente
Parecía imposible que un entorno fabril de esta envergadura —entre hornos, máquinas y packaging— pudiese transformarse en escenario de un evento de atmósfera sutil y envolvente. Una cita en la que, más allá de la circunstancia social y el glamour, nos permitió conocer de primera mano las nuevas creaciones de Brokis, explicadas por sus respectivos autores y distribuidas con elegancia por los rincones.
Así lo vimos con STARCLOUD, de Lucie Koldova, que ocupó un lugar central en el concepto espacial, también concebido por ella. Se trata de una luminaria colgante que fluye en tres elementos distintos —Atria, Lyra y Vega— como si fueran estrellas en un cielo nocturno. Igualmente nos topamos con su serie SPECTRA, de tipología similar a una clásica lámpara de mesa, pero su suave proyección de la luz hacia dos direcciones —arriba y abajo— le permite crear efectos lumínicos muy íntimos que evocan una sensación de ligereza y altura. El sector reconoce a Koldova como una figura indispensable en la renovación del lenguaje formal y conceptual de Brokis. Y es que su mirada 360º ha sabido sumar importantes soluciones para superar los límites de la producción de vidrio soplado a mano.
Su fuerza creativa se suma también al aporte ingenioso de otros profesionales, entre ellos el estudio veneciano LCM Marin con su colección DOME: un guiño a la arquitectura romana clásica. Y uno de los broches en torno a las novedades fue el anuncio de la colaboración entre Brokis y la italiana Simona Sbordone, quien ha sido nombrada nueva directora creativa de BROKISGLASS, una de las ramas empresariales del sello checo. Su estreno como diseñadora se ha dado con una obra conceptual titulada COMET. Presentada a modo de instalación, esta se realizó siguiendo un proceso especial: mientras se soplaban a mano los tubos de vidrio, se iba añadiendo arena de sílice al vidrio fundido.
Brokis y las prácticas ecológicas
El surgimiento de BROKISGLASS tiene su origen en contrarrestar el 30% de desecho de vidrio que se genera se sopla a mano. El nuevo enfoque de Janštejn Glassworks y BROKIS permite cambiar la percepción convencional de los fragmentos de vidrio como residuos, transformándolos en una opción de uso y estética para la arquitectura, la construcción y el diseño de interiores y productos.
De ahí el nombramiento de Sbordone para revitalizar este sector y ser parte de su equipo de diseñadores. Con ello se apuntala la cristalería como materia prima de pleno derecho para su posterior reciclado en placas ecológicas y eficientes. Ejemplos de esta práctica obediente con la economía circular es su trabajo SENZA FINE: un conjunto de objetos de diseño aplicado, jarrones y bandejas. Y en esta línea se encuentra CONVEX, del eslovaco Boris Klimek: una luminaria discreta, pero poco convencional, erigida con este material único.
Metas claras y una férrea confianza en el saber hacer de los artesanos y en las mentes creativas más punteras marcan la ruta de Brokis; cuya manipulación detallista e inteligente del material, unido a la transparencia, los efectos y la versatilidad, transforma su porfolio en un talismán de nuevas emociones.
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