Un camarote sumergido que invita a explorar las profundidades del océano fue el ejercicio que Casa Antillón llevó a cabo en la exposición Underblue. El colectivo sorprendió con esta instalación en la Galería El Chico donde se sumergió en las similitudes entre los insondable del mundo marino y el inconsciente: ese espacio al que solo accedemos cuando estamos dormidos.
“No podemos permitirnos ser ingenuos al tratar los sueños. Se originan en un espíritu que no es totalmente humano, sino más bien una bocanada de naturaleza”, dijo el psiquiatra y psicoanalista Carl Jung. Según esta frase, el mundo onírico tiene más similitudes con la naturaleza salvaje que encontramos, por ejemplo, en las profundidades del océano, que con la vida superficial en la que nos desenvolvemos despiertos. Tanto el universo secreto del inconsciente como el fondo marino son dimensiones que se nos antojan insondables, que esconden multitud de secretos.
Los mundos sumergidos de Mayrit 2022
Este ambiente misterioso que comparten ambas realidades fue el eje vertebrador de Underblue, la muestra que el colectivo Casa Antillón presentó en la Galería El Chico con motivo de Mayrit 2022. Dado que el tema principal de la bienal madrileña era “los mundos sumergidos”, los diseñadores optaron por tomar dos de ellos y fusionarlos en su intervención. Además, la presencia del agua y su importancia en esta exposición remiten al propio término “Mayrit”: el antiguo nombre de la capital española acuñado por los musulmanes, en una época donde el agua circulaba en grandes cantidades por debajo de la urbe. Ahora esas corrientes extintas han quedado relegadas a recuerdos.
Casa Antillón crea un camarote hundido en el que soñar
Para aunar y desarrollar estos dos conceptos, los artistas de Casa Antillón construyeron un camarote hundido, en el que todos los elementos remitían a las profundidades marinas. De este modo, invitaban a explorar el océano y el inconsciente, a soñar entre las aguas.
El espectador se veía rodeado de piezas de mobiliario con constantes referencias marítimas por ese contacto con lo desconocido. Algunas de ellas, como la cama, poseían una morfología determinada por la corrosión del agua y la sal. En la misma estancia, un ancla impedía que nos alejemos de ese contexto, un ventanal filtraba la luz y la convertía en azul y una lámpara nos recordaba a una caña de pescar.
De esa manera se originó la atmósfera onírica. El cierre de un círculo de similitudes entre lo que ocurre cuando se abandona el estadio consciente de la mente, para dejar atrás la superficie terrestre.
En esta conversación con el fundador de Mayrit puedes descubrir más sobre la bienal.
¿Quiénes conforman el estudio de Casa Antillón?
Emanuel Álvarez, Ismael López, Yosi Negrín y Marta Ochoa, cuatro jóvenes arquitectos procedentes de la ETSAM (UPM). Juntos han fundado un colectivo de arte, arquitectura y diseño en Madrid, que explora diversos territorios culturales a partir de la experimentación en el espacio.
Del 17 de junio al 6 de julio en Madrid.