Los estudios de arquitectura Vaillo + Irigaray Architects y GVG Estudio han colaborado en este centro Psiquiátrico
Los estudios de arquitectura Vaillo + Irigaray Architects y GVG, de Pamplona han trabajado en este centro. Ahora los llaman centros psiquiátricos. Antes fueron manicomios, y entrar en ellos era morir. Al estilo de Alguien voló sobre el nido del cuco: torturas, choques eléctricos y celdas de aislamiento acababan condenando al olvido al paciente.
Por miedo a lo desconocido o quizás por simple prejuicio, muchos arquitectos rechazaron durante décadas diseñar complejos hospitalarios. No fue hasta finales de los años 20, con Alvar Aalto (Sanatorio Paimio) o Richard Neutra (Casa de reposo Lovell), entre otros, cuando la arquitectura empezó a interesarse por los espacios verdaderamente sanadores. Aunque el tabú de las enfermedades mentales es un mito que todavía hoy queda por derribar, obras como esta en Pamplona demuestran que el sector goza de buena salud.
La intervención surge de la rehabilitación de un grupo de pabellones abandonados construidos en el siglo XIX. Como parte de esta operación, el diseño propone el desarrollo de varias naves de nueva planta. Una delicada cirugía que actúa como prótesis estética y funcional. “Apósitos curativos”, en palabras de sus autores. Exteriormente, numerosos gestos formales hacen que estos nuevos edificios dialoguen con lo existente: misma forma de cubiertas, reutilización de la geometría arqueada en las fachadas, distribuidores infinitos. Interiormente, el uso de la luz natural, el blanco, la deliberada visión de la naturaleza y la ausencia de ornamento innecesario sirven para integrar el proyecto dentro de la terapia.
Todas las construcciones funcionan como una gran viga, ya que para dar unidad al conjunto se utiliza un único material: hormigón estructural. Este se tiñe del color de la argamasa que une las piedras y el ladrillo. En función de la orientación de los volúmenes y de la dirección y fuerza de los vientos dominantes, con los años se oscurecerá y cogerá un tono que le permita mimetizarse con el entorno arquitectónico en el que se inserta. Una pieza sin terminar que el tiempo acabará componiendo. Dos secciones del mismo presente que muestran a cada instante lo que se es y lo que se quiere ser. Compos mentis.