Pezo von Ellrichshausen. Un edificio es un artefacto sensible, un enigma, un problema en sí mismo

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Desde sus inicios, la intuición de que la arquitectura debía entenderse como una vía de conocimiento se convirtió en la vértebra fundamental de la entidad bicéfala que componen Pezo von Ellrichshausen: Sofía von Ellrichshausen y Mauricio Pezo.

Hall Pavilion. Kingston Upon Hull. Reino Unido. 2017. Foto: Rory Gardiner. Pezo von Ellrichshausen
Hall Pavilion. Kingston Upon Hull. Reino Unido. 2017. Foto: Rory Gardiner. Pezo von Ellrichshausen

Ella, nacida en Bariloche (Argentina) en 1976 y formada en la Universidad de Buenos Aires; él, nacido en Angol (Chile) en 1973 y arquitecto por la Universidad del Bío-Bío. Su andadura juntos comenzó en 2002. Construir, dar realidad física a un edificio y dotarlo de utilidad y resistencia es para ellos un acto con el que reflexionar sobre la existencia humana y su presencia en el mundo. Sentir y practicar la arquitectura como una especie de anagogía. Ambos se consideran ajenos a la figura del arquitecto pragmático, y sus palabras definen un estado de percepción y meditación que les sensibiliza para ahondar en la inabarcable complejidad física y mental de lo erigido.

Hall Pavilion. Kingston Upon Hull. Reino Unido. 2017. Foto: Rory Gardiner. Pezo von Ellrichshausen
Hall Pavilion. Kingston Upon Hull. Reino Unido. 2017. Foto: Rory Gardiner. Pezo von Ellrichshausen
Gago House. San Pedro. Chile. 2012. Pezo von Ellrichshausen
Gago House. San Pedro. Chile. 2012. Pezo von Ellrichshausen. Foto: © Estudio Palma

ROOM Diseño. – Comenzasteis vuestra trayectoria con la Casa Poli, una obra de un gran carisma cuya fuerza radicaba justamente en la reducción a lo esencial de la arquitectura, tanto en lo material como en lo conceptual.
Sofía von Ellrichshausen. – A los 26 o 27 años construimos la Casa Poli. Tenía entonces —y sigue teniendo—, la categoría de un manifiesto, de una declaración de principios. En su modestia es una obra radical, por la osadía con la que quería revisar los propios cimientos del pensar arquitectónico. En esa ambición y torpeza, se desnuda de todos los prejuicios sobre la relación entre forma y función, las técnicas modernas, la noción de tipo, el contextualismo apropiado o la imagen poética. El objeto es una pieza compacta, un monolito sin escala abandonado a la orilla de un acantilado.

Guna House. San Pedro De La Paz. Chile. 2014. Pezo von Ellrichshausen
Guna House. San Pedro De La Paz. Chile. 2014. Foto: © Pezo von Ellrichshausen


Mauricio Pezo. – Uno podría entenderla incluso como un aparato metafísico. Fue de hecho Juhani Pallasmaa quien consignó esa connotación cuando pernoctó en la casa. Así como el interior está siempre colmado de momentos, casi sin espacio para la comodidad de la vida cotidiana, el exterior parece impávido, aletargado, casi olvidado en el tiempo.

Cien House. Concepción. Chile. 2009. Pezo von Ellrichshausen
Cien House. Concepción. Chile. 2009. Foto: © Pezo von Ellrichshausen
Guna House. San Pedro De La Paz. Chile. 2014. Pezo von Ellrichshausen
Guna House. San Pedro De La Paz. Chile. 2014. Pezo von Ellrichshausen. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

ROOM Diseño. – ¿Sería correcto ver en ella cierta voluntad de abstracción formal?
Mauricio Pezo. – No creo que la obra sea abstracta, por lo que acabo de señalar. No es una reducción de otra cosa ni una separación del mundo o su suplantación mediante un mundo ficticio. Es un bloque compacto, hermético, pero abierto en todas las direcciones. Es una obra muy tosca, decididamente bruta, con esa crudeza de las insinuaciones que no necesitan ser escritas, declaradas, para reparar en lo que dicen.
Sofía von Ellrichshausen. – Un factor clave de esa especie de realismo metafísico, contrario a una noción abstracta, radica en la construcción artesanal y sin oficio. La arquitectura que hacemos la ejecuta un “maestro”, que es el nombre que se da en Chile a alguien que hace un poco de todo, pero sin ser especialista en nada. Por eso creo que la Casa Poli podría leerse como un homenaje a la imperfección, al accidente inevitable de la factura humana. Esto es algo que llevamos aún más lejos en nuestro último trabajo, la Casa Luna. El problema de traducir la teoría a la práctica que nos planteó fue tal, que escribimos por entonces un ensayo titulado Ochenta y Nueve, Noventa y uno, que alude a un grado más y uno menos que el del estricto y racional ángulo recto. En ese margen de dos grados, la irracionalidad goza de un espacio casi infinito.

“Casa Poli podría leerse como un homenaje a la imperfección, al accidente inevitable de la factura human”.

Sofía von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Pezo von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

ROOM Diseño. – El arte y la performance tienen una importancia particular también en vuestra aproximación a la arquitectura.
Sofía von Ellrichshausen. – La arquitectura es un instrumento, una herramienta que ocupa el punto medio exacto entre nuestra frágil e inestable condición humana y todo lo que la rodea. Lo interesante de esta condición mediadora es que no se reduce al mero sentido de la vista y admite una función selectiva. Es decir, el edificio: sus muros, escaleras, puertas o ventanas nos dejan ver algo y, a la vez, nos ocultan casi todo lo demás. Esa visibilidad que nos permite no es solo aquello que entra por nuestros ojos, sino también la percepción completa del entorno, sus durezas, sus temperaturas, sus perfumes…

Solo House. Cretas. España. 2012. Pezo von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Foto: © Pezo von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Pezo von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Foto: © Pezo von Ellrichshausen


Mauricio Pezo. – Así entendida, en cuanto instrumento mediador, la arquitectura tiene la capacidad, y también la responsabilidad, de matizar o exagerar, de filtrar o intensificar nuestra relación con el mundo. De esta manera, el edificio nos permite reunirnos con otros, reflexionar, nos aleja de amenazas, nos expone a preguntas sin respuesta… Es por ello por lo que no podríamos separar la arquitectura de otras artes. Un edificio, tanto o más que un escrito o una pintura, es un artefacto sensible, un enigma, un problema en sí mismo.

Solo House. Cretas. España. 2012. Pezo von Ellrichshausen
Solo House. Cretas. España. 2012. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

Sofía von Ellrichshausen. – Quizá por esa falta de diferenciación que efectuamos entre arte y arquitectura nuestro trabajo se funda en esa reciprocidad entre objetividad y subjetividad que determina cualquier proyecto estético. Pese a que los formatos de producción para una pintura o una casa pudieran parecer diferentes, nosotros en el fondo los entendemos como variaciones de lo mismo: un objeto subjetivado.
Mauricio Pezo. – El cual nace de esa rueda infinita de voluntades íntimas que es la propia subjetividad y que luego, una vez construida y abandonada a su suerte, sigue siendo leída, interpretada y, eventualmente, entendida por otras subjetividades igualmente íntimas.

Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017. Pezo von Ellrichshausen
Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

Aunque también han diseñado instalaciones, la arquitectura de Pezo von Ellrichshausen se centra fundamentalmente en viviendas —significativamente, el más esencial tipo y arquetipo de lo arquitectónico— y se distingue por un lenguaje de formas sumamente limpias, donde los materiales manifiestan con silenciosa plenitud su identidad e intensidad. Jamás hay exuberancias ni concesiones abiertas a ningún tipo de exceso o elaborado artificio. Una ascesis que hace que el edificio aparezca como una particular y vigorosa construcción de materialidad e inmaterialidad.

Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017 . Pezo von Ellrichshausen
Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

ROOM Diseño. – La geometría juega un rol muy importante en vuestro trabajo, al igual que la contención de recursos y materiales. ¿Cuál es la interrelación que esos factores, digamos, objetivos y tangibles establecen con esa búsqueda última de una sustancia subjetiva?
Mauricio Pezo. – Entendemos la arquitectura como una estructura espacial, como un sistema de relaciones tanto físicas como mentales o emocionales. Ese es el motivo por el que, antes que la geometría descriptiva o analítica, lo que nos interesa esencialmente es la estructura más bien topológica del espacio. Asumiendo cada edificio como un hecho concluso, todas las habitaciones están interrelacionadas. Tienen un tamaño y una dirección relativos, así como un cierto carácter y continuidad que terminan por dar forma a la identidad del conjunto. Por supuesto, este sistema se anuda recíprocamente a sus alrededores.

Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017. Pezo von Ellrichshausen
Rode House. Chiloe Island. Chile. 2017. Foto: © Pezo von Ellrichshausen
Mine Pavilion. Denver. Estados Unidos. 2013. Pezo von Ellrichshausen
Mine Pavilion. Denver. Estados Unidos. 2013. Foto: © Estudio Palma


Sofía von Ellrichshausen. – Para formalizar esa estructura espacial y medir su unidad y consistencia, desarrollamos un proceso muy pedestre de prueba y error en el que intentamos una triangulación lógica entre un determinado programa, un contexto y, por último, una determinada construcción. Una vez que esta articulación espacial tiene identidad, nos atrevemos a explorar su traducción material. Quizá sea un método exageradamente prudente y que tenga que ver con una tradición local de técnicas muy precarias e inestables. Pero esa precariedad no tiene por qué ser una carencia. En esta era de la abundancia inculcada por el capitalismo, optar por la austeridad adquiere una dimensión principalmente ética. La abstracción es una forma de economía.

Echo Pavilion. Milán. Italia. 2019. Pezo von Ellrichshausen
Echo Pavilion. Milán. Italia. 2019. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

Mauricio Pezo. – El vacío es un espacio idealizado que se ocupa con algo de su materialización. La cultura de la reducción, de la invención con casi nada, pareciera ser una forma de vida fundada en la necesidad, un modelo mental que no conoce frontera ni edad, ni tampoco alude al coste de una construcción, sino que se trata de un problema de valor, de percepción de valor, de una construcción que no manifiesta un tiempo específico y que se reconoce como algo familiar, casi primitivo.
Sofía von Ellrichshausen. – Quizá por eso tendemos a reducir los proyectos a un solo material. Para nosotros, lo más importante son las relaciones espaciales: el paso de un recinto a otro, la tensión entre un pilar y una ventana…

“Hemos escrito un ensayo titulado Ochenta y nueva, noventa y uno”, que alude a un grado más y uno menos que el del estricto y racional ángulo recto. En ese margen de dos grados, la irracionalidad goza de un espacio casi infinito.”

Sofía von Elrrichshausen
Loba House. Coliumo Peninsula. Chile. 2017. Pezo von Ellrichshausen
Loba House. Coliumo Peninsula. Chile. 2017. Foto: © Pezo von Ellrichshausen
Loba House. Coliumo Peninsula. Chile. 2017. Pezo von Ellrichshausen
Loba House. Coliumo Peninsula. Chile. 2017. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

ROOM Diseño. – Vuestras residencias se posicionan como entidades de carismática e intensa singularidad. ¿Es el cliente quien busca ese carácter singular o quien comprende y acepta la formulación que le proponéis?
Sofía von Ellrichshausen. – Al principio era más difícil comunicar lo que nosotros entendíamos por calidad, el valor por las cosas modestas, mudas y sin pretensiones, pero, ahora que las obras están en el mundo, no es necesario decir mucho más. Explicarlas sería redundante.
Mauricio Pezo. – Lo cierto es que no nos ha tocado un encargo donde el objetivo sea construir algo singular o separado, por contraste, de sus alrededores. Los clientes llegan con un problema técnico que buscan resolver con un especialista y, para ello, ajustamos la triangulación entre programa, contexto y construcción. Pero eso es lo más fácil de resolver.

Nida House. Navidad. Chile. 2016. Pezo von Ellrichshausen
Nida House. Navidad. Chile. 2016. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

ROOM Diseño. – Lo complejo es, deduzco, ahondar en la dimensión conceptual y subjetiva que ese trabajo plantea a partir de esas necesidades pragmáticas y funcionales.
Mauricio Pezo. – El desajuste, el salto conceptual, la incógnita poética, la oscuridad, el mito… no son otra cosa que preguntas sobre esas preguntas. Así, en esa fricción entre gravedad y contingencia, en esa imposibilidad casi imprudente, puede descubrirse otro proyecto, uno que supera el caso. En ese desajuste puede aparecer una cierta singularidad. Entender la arquitectura como forma de conocimiento se basa en este aparente contrasentido: un edificio resuelve y genera problemas a la vez. Su persistencia, en el mejor de los casos, pasa desde la experiencia hacia la existencia.

Vara Pavilion. XV Architecture Exhibition I Biennale Di Venezia. Venecia. 2016. Pezo von Ellrichshausen
Vara Pavilion. XV Architecture Exhibition I Biennale Di Venezia. Venecia. 2016. Foto: © Pezo von Ellrichshausen
Poli House. Coliumo. Chile. 2005. Pezo von Ellrichshausen
Poli House. Coliumo. Chile. 2005. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

La insistencia en pensar. En hacer para pensar. En esa idea puede condensarse el trabajo de Pezo von Ellrichshausen. Su visión constructiva ha tendido a desarrollar conceptos “con base a una lectura acaso contrapuesta y, ciertamente, difusa, entre la alta y la baja cultura”. Como ellos mismos nos dicen, “hemos abordado una revisión sistemática de textos filosóficos y, a la vez, una suerte de reverencia tácita a la experiencia que nos enseñan los carpinteros sin educación, aquellos que trabajan a trato”.

Poli House. Coliumo. Chile. 2005. Pezo von Ellrichshausen
Poli House. Coliumo. Chile. 2005. Foto: © Pezo von Ellrichshausen

Sin olvidar que también ha sido crucial el vínculo afectivo entre ambos, lo que evocaría de algún modo esa idea del eros como fuerza generadora del presocrático Empédocles: “Las ideas mutuas han sido nuestra mayor influencia. Pensar en pareja supone un contrato social muy elemental: uno es a la vez autor y espectador, intérprete y traductor, artista y crítico. Puede que la relación personal haya sido una distracción, un consuelo o un recreo. Y puede que las propias obras hayan sido, o sigan siendo, una expansión o recreación de lo que sentimos el uno por el otro”.

En este enlace puedes leer más sobre proyectos de Pezo von Ellrichshausen.

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