Cuando dos fuerzas opuestas y deseosas de sí mismas se encuentran, surge la chispa, la vida.
La joven artista Anaïs Borie trabaja con lo racional e irracional de las formas, convirtiendo en este caso al dios del rayo en una mínima estructura LED apoyada en la sombra.
Al reducir una imagen a los mimbres que la sostienen, nos adentramos en ese misterioso universo que narra todo origen. A esto parece aspirar Borie con su Zeus transgresor, irradiando luz a la escultura y dejando que el dios reine abstracto desde la oscuridad.