La cadena de hamburgueserías Bun ha vuelto a confiar en el equipo creativo Masquespacio para implementar su segundo local en Italia. Tras su primera incursión en Milán, el estudio valenciano inaugura en Turín un impactante espacio gastronómico que apuesta por un juego visual, caracterizado por una potente gama cromática visible desde el exterior.
Masquespacio: un colorido y desenfadado estudio creativo
El binomio interiorismo y marketing parece una jugada ganadora tras observar el caso de la colombiana Ana Milena Hernández y el belga Christophe Penasse, fundadores en 2010 del estudio Masquespacio. Estas dos disciplinas, que coinciden con la formación de cada uno, han llevado a esta empresa con sede en Valencia a diseñar espacios por todo el mundo: Noruega, Estados Unidos, Alemania, Francia…
Con un marcado estilo propio, en el que predominan las formas geométricas en gamas cromáticas muy llamativas, el equipo creativo cuenta ya con una extensa lista de interiorismos de hostelería a sus espaldas. Trabajos que les ha valido el reconocimiento de la crítica, atesorando varios galardones.
En esta ocasión la ciudad que acoge su última propuesta es Turín, al norte de Italia. El encargo les llega tras su buen hacer en su anterior intervención para la cadena de hamburgueserías Bun, que les ha confiado su segundo restaurante en el país europeo referente en moda y diseño.
Hamburgueserías Bun: un impactante espacio gastronómico
El planteamiento ideado por Masquespacio tiene muy claro el público al que se dirige: los considerados milenial y generación Z. No es de extrañar entonces que el amplio escaparate, compuesto por tres grandes ventanales, actúe como un polo de atracción de instantáneas y likes.
El local posee una distribución diáfana que relega todo el peso proyectual al aspecto visual. Este se basa en una arriesgada apuesta cromática —rosa, azul y verde— que sirve para diferenciar usos y zonas dentro del lugar. Además, para reforzar la identidad de este ambiente retrofuturista, se han empleado escaleras metálicas de piscina, luminarias que simulan ojos de buey, arcos, baldosas cerámicas y mesas de terrazo.
El color verde, icónico de la cadena Bun, da la bienvenida y conduce al cliente directamente a la barra de pedidos; mientras que el rosa y el azul separan dos atmósferas concretas dentro de esta hamburguesería de más de 120m2.
El área rosa ofrece a los comensales varias opciones para que se acomoden: una mesa compartida o partes más privadas del comedor. La azul propone una experiencia sensorial única bajo el lema Be water my friend, que invita a los visitantes a comer como si estuvieran envueltos en el agua de una gran piscina.
En este enlace puedes ver más proyectos de Masquespacio.
Ana Milena Hernández y Christophe Penasse.
Geométrico, colorista y con un fuerte grafismo en sus proyectos.
Los restaurantes La Sastrería, Kento y Piur en Valencia, el bar Töro en Ibiza, el stand de AD en ARCO, la tienda de gafas Breathe en Bogotá…