Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza

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Puppet Chair. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Puppet Chair

Martín Azúa lleva más de veinte años enlazando tiempo y dedicación para crear diseños inspirados en la naturaleza y a la vez para dar forma a un sistema de pensamiento en el que las ideas se suceden de manera sostenible. Hablamos de habilidad, de descubrimientos, de procesos. Pero sobre todo, hablamos de diseño entendido como reflexión y crítica. Este creador nacido en Vitoria y residente en Barcelona, ciudad en la que se formó y comenzó a trabajar, concibe la cultura del proyecto como un camino de preguntas: las que lo llevan a la experimentación y a interpretar lo desconocido y lo posible. A su labor profesional se suma la de docente en la Escuela Elisava de Barcelona: un espacio que le permite seguir ese cuestionamiento constante para favorecer el impulso creativo. Es en este escenario donde lo vocacional funciona como motor; “los rituales de lo cotidiano”, en palabras de Azúa, definen una parte de su recorrido.

Vaso con piedra. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Vaso con piedra

El sello Azúa ya se vislumbraba en sus primeras propuestas. Lo vemos en La casa básica (Experimental prototype made from metalized polyester) (1999), que desde el 2007 forma parte de la colección permanente del MOMA de Nueva York y del Vitra Design Museum; en Mancha natural (1999), un jarrón de cerámica porosa que Martín dejaba en el río para recoger la impronta natural del agua; o en Especies en evolución, para Roca, galardonado con un Premio FAD de arquitectura efímera (2008). A estos les seguirían otros proyectos alejados de la presión comercial con los que Azúa reivindica la artesanía para productos contemporáneos, rescatando oficios y tradición.

Cesta Motxilak. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Cesta Motxilak

ROOM Diseño.- Veintidós años de profesión. ¿Qué ha pasado en todo este tiempo?
Martín Azúa.- Imposible resumir en unas pocas líneas. Para empezar, siempre he estado muy contento de haber elegido Barcelona como mi lugar. Después del subidón del diseño de los 80, la ciudad se quedó un poco parada, había muy pocos encargos y eso me llevó a hacer un diseño abiertamente experimental que de alguna manera forjó mi perfil profesional. Como venía de Bellas Artes, me gustaba pensar que el diseño tenía la capacidad de cambiar el mundo. Era muy naíf… Ahora me he hecho mayor y creo un poco menos en esas utopías, pero sigo manteniendo esa actitud de curiosidad y de investigación.

Jarrón con luz. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Jarrón con luz

R.D.- ¿Cómo fue esa evolución?
M.A.- De los primeros pasos, muy alternativos, me fui poco a poco integrando en la oficialidad, participando en exposiciones y convocatorias. Hubo una muy importante para mí, en el año 1999, que se llamaba Future Composed, cuyo comisario fue Quim Larrea. En aquella exposición hice, quizás, mi pieza más conocida y que me ha dado muchas satisfacciones: La casa básica, que era una historia, un sueño, nunca un simulacro, y en la que diferentes personas de diferentes partes del mundo terminaron colaborando. Me sorprendí al ver cómo se podía dar forma a algo que era una idea, un deseo extremo: tenerlo todo sin tener apenas nada. ¡Y hasta acabó en un museo!

Silla del zapatero. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Silla del zapatero

R.D.- ¿Sigue fiel a ese entusiasmo?
M.A.- Siempre he sido de contar historias con mis proyectos y he ido disfrutando de una profesión que me gusta. No soy un artista que está ahí con su línea de trabajo inamovible. Me siento cómodo haciendo preguntas, porque para mí eso es el diseño: hacer preguntas. En las respuestas no sé si he sido tan bueno. Llegar a conclusiones me asusta. No soy nada dogmático.

Light Container. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Light Container

R.D.- ¿Dónde queda, pues, esa efervescencia de la que hablaba?
M.A.- Yo ya no soy el mismo y quizás la efervescencia la vivan las generaciones más jóvenes, aunque creo que tienen que reinventarse. El diseño a nivel internacional está en un bypass y no sabemos cuál va a ser nuestro rol.

Halo. Vibia. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Halo. Vibia

R.D.- ¿Por qué esa incógnita?
M.A.- El diseño está adquiriendo mucha voz en los últimos años. Antes se tendía a pensar que era solo una parte de la industria dedicada a que los objetos fueran más atractivos a nivel comercial, pero esa idea ahora está en crisis y el diseñador tiene una gran responsabilidad sobre lo que hace. Se trata de que los objetos tengan una identidad emocional que genere vínculo con los usuarios, que no sean algo que se tira o se remplaza, sino que aporte perdurabilidad y fidelidad.

Coporrón. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Coporrón

A Martín Azúa no le gusta hablar de método. Él prefiere hablar de “observación, especulación y concreción” como parte de su estrategia creativa. De hecho, la intuición es su mejor herramienta. Sin olvidar exigencia, sinceridad y humildad: palabras clave, según él mismo, para su profesión.

R.D.- Las crisis, los nuevos modelos de vida, obligan a la autoproducción y a no depender tanto de las grandes firmas. ¿Es eso positivo?
M.A.- Las personas somos muy dadas a que si no hay problemas, si no hay crisis, no cambia nada. Yo colaboro con empresas, pero desde hace algún tiempo me he animado a montar una editora para hacer el producto que a mí me gusta: objetos que no son fáciles de encontrar, que no están en las tiendas y que además son elaborados artesanalmente con los recursos de pequeños talleres. Para un diseñador es una gran suerte poder colaborar con un proveedor artesano y a la vez establecer un diálogo con el usuario final con el que tener inputs. El resultado es un objeto especial.

Alfombra Magma. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Alfombra Magma

R.D.- Un objeto que, además, le permite un acercamiento diferente al proceso creativo, ¿no?
M.A.- La innovación puede darse de muchas maneras. Hay una innovación tecnológica que es muy difícil de hacer fuera de la industria, pero hay otra que tiene que ver con recuperar la esencia de los objetos. Y esa innovación sí que la podemos desarrollar con otro tipo de recursos.

En este trayecto de objetos cargados de significado, Martín Azúa ha dado vida a la serie Jarrones de piedra, realizados con artesanos como el ceramista Marc Vidal. En estos jarrones la forma incorpora rastros del mundo natural. Según él mismo, “en la naturaleza nada es gratuito, sus formas son siempre el resultado de una economía de materia y energía para conseguir un resultado”.

Bol con rama. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Bol con rama

R.D.- En ese quehacer diario, ¿cómo trabaja? ¿Se pone metas, horarios? ¿Es caótico, ordenado…?
M.A.- He desistido de ser una persona organizada. Para mí no es productivo. El estar y no estar me resulta mejor. Y aunque en el proceso dibujar es como escribir, el diseño también es una cuestión muy mental. Las mejores ideas surgen cuando camino por la ciudad. Hay un libro que me encantó. Se llama Rituales cotidianos /Cómo trabajan los artistas, de Mason Currey (Turner), y habla de creadores en ámbitos muy diversos con algo en común: pasean mucho. Caminar me pone en marcha. No necesariamente te pones delante del papel y sacas la historia. Esta surge de manera bastante inesperada. Todo es un proceso muy laborioso. El concepto “se me ha ocurrido” no existe en diseño.

Casa Básica II - Taburete Flod. Mobles 114. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Casa Básica II – Taburete Flod. Mobles 114

R.D.- ¿Quiénes pueden ser su inspiración cuando está en modo flaneur?
M.A.- Un gran inspirador ha sido Ezio Manzini, que decía que el reto del diseñador sería hacer atractiva la pobreza. Y ahí me apunté yo. Esto fue muy atrás, en los 90. Manzini es ingeniero y daba conferencias en las que usaba fórmulas para calcular el ahorro en consumo de materia y energía. En ese momento conseguí ver la reducción no como un hándicap, sino como una ventaja. Reducir mucho nos iba a llevar a un mundo mejor, a ser más felices.

R.D.- Al hilo de un mundo mejor, háblenos del proyecto crear/sin/prisas. ¿Qué aporta la no celeridad?
M.A.- Es una suerte que una marca como Alhambra propicie una plataforma con estas consignas y que la propuesta sea hacer algo palpable, físico y de verdad, con recursos que exigen tiempos de trabajo muy elevados. En mi caso, quería hacer algo para el espacio público a través de la artesanía. Trabajé con el esparto y fue una oportunidad para llevar al límite esta colaboración con artesanos de Murcia.

Alfombra Alhambra. Martín Azúa. Diseños inspirados en la naturaleza
Alfombra Alhambra

R.D.- Manantial, Jarrones con piedra… son piezas que también llevan al límite un verdadero diálogo entre la materia y la naturaleza.
M.A.- Me gusta tanto la naturaleza, y es tan potente, que siento que ella se representa a sí misma. Hay muchos jarrones en la historia de las artes decorativas con temática de naturaleza, pero ese jarrón reproduce un paisaje. Me gusta que me suelten en el bosque, en un hayedo húmedo… porque es el paisaje el que va dando forma a mis propuestas.

Propuestas en las que priman las sensaciones, las texturas, los simbolismos. Donde hay valores, esfuerzo y compromiso. El universo Azúa se ha consolidado en su diversidad y en su empatía con el entorno, y desde esa atalaya, siempre sencilla y honesta, nos habla a través de objetos en los que el paisaje siempre deja huella. Él mismo nos lo dice: “No me interesa tanto la naturaleza como valor estético, sino como una estrategia de acción y adaptación. Somos parte de ella y de ella tenemos que aprender”.

 

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