La tradición de la lana en Ucrania toma asiento en la colección de Kint y GUSHKA

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Kint y GUSHKA saben que la vorágine industrial parece querer imponerse a lo artesanal, por eso su colaboración resuena como un tributo a los orígenes y a los saberes que se han transmitido de generación en generación. Y su reciente colección de asientos Puffa se enfoca en rescatar una habilidad en peligro: la técnica tradicional ucraniana de tejido en lana.

La técnica ancestral de Ucrania

La inspiración de puffa m4 Stranded y puffa m4 Brushed encuentra sus raíces en la cultura textil de Ucrania; y es que este proyecto parte del deseo por combinar la riqueza de los tejidos manuales con la estética y funcionalidad del mobiliario moderno. Tanto en los sillones como en las banquetas, la lana se presenta como la protagonista indiscutible, siendo material estructural y testimonio de la historia de un pueblo. De hecho, su versatilidad y rasgo sostenible ha sido un recurso esencial en la vida cotidiana de las comunidades rurales de los Cárpatos.

Ucrania, lana, kint
Puffa. Kint y GUSHKA

Como referentes del diseño ucraniano, era cuestión de tiempo que la posible colaboración entre las marcas Kint y GUSHKA se hiciese realidad. Además, cada firma sabe cuál es el papel que desempeña de un modo bien definido: por un lado, Kint aporta el enfoque minimalista, mientras que GUSHKA renueva la labor artesanal de los tapizados. Una fusión entre lo local y lo global que le otorga una nueva dimensión táctil y visual al diseño de Puffa —el sistema más vendido de Kint realizado por Rostyslav Sorokovyi—, preservando su identidad, pero abriéndose a influencias y tendencias internacionales.

Ucrania, lana, kint
Puffa. Kint y GUSHKA

La lana como metáfora transformadora

“Combinado con GUSHKA, Puffa es una reinterpretación de un producto comercial en serie en algo más coleccionable, único y limitado”, cuenta Sorokovyi. Razón no le falta, pues el contraste entre fibras naturales y las líneas puras en el armazón original genera un equilibrio que dota a cada pieza de una dualidad específica, una que orbita entre lo rústico y lo contemporáneo. El empleo de la lana de GUSHKA en cada modelo despierta paisajes invernales, el calor del hogar y el cuidado minucioso de unas manos expertas. Un manifiesto corpóreo que apuesta por el tejido autóctono frente al sintético.

Ucrania, lana, kint
Puffa. Kint y GUSHKA

Sin duda, en la apariencia y la morfología se escucha el eco de objetos icónicos, pertenecientes a una larga ristra de asientos famosos por su carácter peludo, como la silla Botolo que Cini Boeri concibió para Arflex en 1973. Al fin y al cabo, ambos sillones exploran el volumen y la textura desde una perspectiva orgánica, priorizando los contornos redondeados para propiciar al descanso. Sin embargo, Boeri buscaba esbozar una visión futurista de la comodidad, y Kint y GUSHKA han terminado perfilando una mirada más introspectiva, casi nostálgica.

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Puffa. Kint y GUSHKA
Ucrania, lana, kint
Puffa. Kint y GUSHKA

Es por ello que puffa m4 Stranded y puffa m4 Brushed reivindican el valor de lo pequeño, de lo hecho a mano, de lo creado con intención. Primera de muchas, la colaboración entre Kint y GUSHKA nos enseña que la lana puede transformar un mueble en algo más singular, tejiendo con sus hilos una historia sobre identidad, sostenibilidad e impacto cultural. Y así, como un telar que cruza fronteras, esta colección nos invita a sentarnos y a recordar que lo más primario puede ser también lo más extraordinario.

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Puffa. Kint y GUSHKA

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