Pasado y presente constituyen una simbiosis arquitectónica y cultural en Japón, donde tradición y modernidad se fusionan para dar lugar a una realidad continua y evolutiva.
Contemporaneidad juento el Castillo Himeji
Ejemplo de ello sucede en la ciudad de Himeji, situada a poco menos de dos horas de Kyoto. En ella se localiza una de las mejores muestras de arquitectura ancestral japonesa: el Castillo Himeji. Una imponente construcción de madera con enlucido de yeso blanco, que recibe el nombre de “garza real”. Más de 83 edificios componen el recinto, que data de mediados del siglo XIV y que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
A media hora del Castillo Himeji se encuentra una pequeña capilla contemporánea para celebrar bodas: Cloud of Luster de KTX archiLAB. A priori, parece que sus formas sinuosas, casi oníricas, no tienen nada que ver con la herencia japonesa anteriormente mencionada. Nada más lejos de lo visible. Lo que aquí se produce es una interpretación, una versión actualizada según los métodos constructivos y tecnológicos de hoy en día, que recogen la sensibilidad de la arquitectura tradicional nipona.
Cloud of Luster busca materializar un sentimiento, crear una atmósfera. La unión de dos personas como transición entre distintos estados personales configura, en esta ocasión, un ritual único que debe perdurar en nuestra memoria. Con esa premisa KTX archiLAB diseña un espacio minimalista en color blanco, donde no existen ángulos rectos, bajo la convicción de que la apariencia orgánica nos invita a ralentizar nuestros movimientos y a llevar una vida más sosegada y tranquila.
La ligereza es otro punto clave en la propuesta, y se consigue gracias a un cerramiento horizontal libre de cualquier componente técnico. A su vez, el empleo de vidrio curvo para la envolvente vertical intenta atraer la luz solar en todas sus direcciones. En cuanto al pavimento del conjunto, sigue la misma premisa y se eleva sobre una lámina de agua, que refleja el edificio y le profiere una sensación de ingravidez.
En la capilla de KTX archiLAB se puede apreciar cómo los elementos naturales más básicos —agua, cielo y luz— tienen un significado espacial, ya que se trabajan como un material más dentro del proyecto. Asimismo, la relación interior-exterior se desdibuja y se suprimen los límites visuales y físicos, pues únicamente queda cerrada y opaca el área del órgano y el cuarto de mantenimiento. La capilla se abre al jardín y se conecta de manera directa con la sala de ceremonias principal, ya existente. El diseño japonés se basa en una tradición milenaria que aboga por el orden, la serenidad, las líneas simples y la vinculación con la naturaleza. De este modo, Cloud of Luster puede entenderse como un pequeño santuario donde, igual que ocurre en el colosal Castillo Himeji, cada pieza trata de contribuir a la búsqueda de la calma, la armonía y el recuerdo.