Más de cuarenta looks de Miyake desfilaron por el Palais de Tokyo en la semana masculina de Paris Fashion Week. Un show de apenas 15 minutos en los que las evocadoras abstracciones de Ronan Bouroullec y los icónicos plisados de Miyake se dieron la mano desde el primer momento. Esta fusión francojaponesa se posicionó como uno de los mayores éxitos del evento.
Una colaboración Miyake-Bouroullec
A pesar del fallecimiento de Issey Miyake hace dos años, la firma de moda japonesa vibra más que nunca. Los icónicos y atemporales plisados de la marca han triunfado nuevamente en la capital francesa, pero esta vez con un toque especial: los dibujos vivaces y abstractos de Ronan Bouroullec. Y es que los trazos de los hermanos Bouroullec son muy conocidos, principalmente las formas orgánicas donde rayas y colores cobran un gran protagonismo sobre fondos lisos y blancos. ¿Pero cómo se han podido llevar a prendas y complementos plegados los bocetos del francés?
Ronan lleva años compartiendo con el público cientos de estos diseños cuyas figuras y cromatismos parecen tener infinitas combinaciones, y el hecho de plasmar todo esto en una colección no parece un reto sencillo. Sin embargo, el resultado ha sido fruto de un trabajo intenso de dos años, en el que la mezcla y superposición de tejidos e ilustraciones han terminado configurando un puzle poético de lo más emocionante.
Ropa dibujada y minimalismo en la Paris Fashion Week
Esta colaboración no resulta extraña, ya que el mundo de la moda suele invitar a que se den este tipo de acciones. Por ejemplo, la serie de bolsos de Louis Vuitton x Yayoi Kusama que arrasó la pasada temporada. O la unión entre Ester Manas y la danesa Ganni, que dio lugar a un repertorio de lo más inclusivo y plural. En el caso de Miyake y Bouroullec, uno de los puntos comunes ha sido la similitud en la manera de comunicar a partir de la practicidad y la sencillez.
Esto ha quedado patente en el empleo de telas con la más avanzada tecnología textil por parte de la firma nipona, lo que ha permitido desterrar, casi por completo, el uso de cremalleras, costuras o botones. Mientras que de la mano de Ronan Bouroullec se ha propiciado la eliminación de elementos superfluos y la apuesta por la funcionalidad, que es lo que da éxito a sus piezas.
Los looks definitivos fueron mostrados al público en una nave sobria y minimalista en la que los asistentes fueron ubicados a lo largo del espacio, generando así un pasillo por el que los modelos caminaban, llenando la sala de tonalidades, delicadeza y elegancia. Una labor conjunta que posicionó a Inmersed in the Wilds of Creativity como uno de los desfiles claves de la temporada internacional de la moda masculina.
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