Fundada en 1952, CMCA nació como una cooperativa artística conocida inicialmente como Maine Coast Artists. En sus primeros años no contaba con un sitio propio, por lo que las exposiciones se realizaban en oficinas, graneros o almacenes. Una llamarada de motivación para el creador emergente, una novedad para el ya consagrado y un único requisito: tener un lazo con la zona de Maine. En 2016 la arquitecta Toshiko Mori diseñó el edificio que renombraría a la cooperativa como Center for Maine Contemporary Art. Un complejo mixto que, a día de hoy, une los conceptos de galería, espacio público y centro educativo, y que refleja los objetivos del CMCA como plataforma de diálogo vivo.
Hasta el 16 de junio, ha alojado Hubris, Atë, Nemesis, de Wade Kavanaugh y Stephen B. Nguyen. Dos nombres cuyas obras siempre van acompañadas de la idea de “lo magno”. En este caso, un mar de madera aguardaba en la sala ansioso por engullir a todo aquel que se paseara sobre él; rígido, imponente y bravo. Se trata de una intervención que recuerda el cielo que Van Gogh pintó en La noche estrellada. “Una de las bases de nuestra práctica artística es el acto de ver de manera compartida. Cada vez que hacemos un nuevo trabajo, también tratamos de activar el vocabulario visual común de la zona. Para Hubris, Atë, Nemesis, el tema se toma prestado de la costa escarpada de Maine y sus oleajes abruptos”.
Un asunto —el paisaje y su recorrido— que tiene mucho o todo que ver con la novedad introducida en esta instalación: en un intento por traducir a la madera el lenguaje aprendido con el papel en producciones anteriores, ha sido descubierta la presencia del camino. La obra se convierte, entonces, en un elemento activo, en una experiencia para el visitante. Al unificar la relación entre “trayecto” y “pieza”, el espectador está completamente inmerso y este trabajo toma un arco narrativo inesperado: el de Hubris, Atë, Nemesis o la llamada a la contención de la cólera propia de las tragedias griegas. “Queríamos que este proyecto capturara un momento de suspenso en un sistema dinámico, una instantánea con un futuro incierto, y que pareciera no estar escrito en lo que debería o podría llegar a ser el orden natural restaurado” dice Wade Kavanaugh.