A través de sus sucesivos nombres, Ciudad Ho Chi Minh, Vietnam, refleja los diferentes gobiernos a los que se ha visto sometida. Antes de llamarse como el padre de la patria, fue conocida como Saigón. Y muchos siglos atrás, en el antiguo imperio Jemer, fue bautizada como Prey Nokor: prey (selva) y nokor (imperio). Hoy, sin embargo, poco queda de la frondosidad de antaño. Esta urbe de nueve millones de habitantes solo dedica el 0,25% de su superficie urbana a las zonas verdes que inspiraron su antiguo nombre.
Partiendo de esta observación, el estudio vietnamita Vo Trong Nghia Architects ha creado una “solución habitacional” para remediar la falta de verdor en una metrópolis que sufre de hiperpoblación humana y arquitectónica. Frente a la mayoría de los edificios de la ciudad, que ocupan totalmente los solares en los que se ubican, Vo Trong Nghia Architects decidieron dejar en la parcela sobre la que trabajaron un patio comunitario en torno al que colocar varias casas. De este modo rompían la alineación típica de las calles y, sobre todo, daban un respiro a los edificios. Apostaron también por plantar árboles tropicales en los tejados de cada vivienda y facilitar pasarelas entre una construcción y otra.
El proyecto ofrece además la ventaja de canalizar las fuertes lluvias monzónicas a través de esas terrazas vegetales. Todo ello con un discurso ecosensato y low cost. Porque la House for Trees está pensada con parámetros sostenibles en su construcción y en su presupuesto. Un triángulo formado por materiales locales de bajo costo, técnicas tradicionales y una estética contemporánea. O como nos dicen desde el estudio: “la esencia de la expresión arquitectónica de Asia llevada a la arquitectura verde del siglo XXI”.