Hace un tiempo descubrimos la isla de Fogo (Canadá) gracias a la iniciativa de la Fundación Shorefast, a través de la cual se diseñó y construyó una serie de seis estudios para artistas en medio de la naturaleza. Esta pequeña isla de pescadores situada en el Atlántico Norte, vuelve a ser noticia tras haber añadido al proyecto un hotel/galería de 29 habitaciones, el Fogo Island Inn.
El estudio noruego Saunders Architecture ha sido de nuevo el que se ha enfrentado a la furia de las corrientes árticas y ha ganado la batalla con un diseño que además de moderno y funcional, resulta ser ecológico y sostenible de principio a fin. Se trata de un edificio con estructura de acero altamente aislada y triple acristalamiento en las ventanas. El agua de lluvia se reutiliza para el inodoro y la lavandería, y también como un disipador de calor en todos los aparatos de cocina. Paneles térmicos sirven de suministro para la calefacción por suelo radiante, y la apuesta por un buen aislamiento acústico entre las habitaciones asegura la absoluta intimidad e integración en el entorno.
Carpinteros y artesanos locales expertos en reciclar, fundidos con las mentes creativas europeas, han conseguido el objetivo principal de este sugerente espacio: encontrar nuevas formas en lo viejo, y a la vez hacer del silencio y del espectáculo del paisaje, los cimientos para un nuevo tipo de arquitectura en la que los sentidos se disparan.
El edificio principal forma una X con alma minimalista. El volumen orientado de oeste a este alberga en dos plantas las zonas comunes que van desde una galería de arte comisariada por Fogo Island Arts, hasta una biblioteca con la colección privada del fallecido Leslie Harris, antiguo presidente de la Universidad Memorial de Terranova. Todo ello sin olvidar el que está considerado uno de los diez mejores nuevos restaurantes en Canadá por la revista Enroute, además de una sala de cine en asociación con la National Film Board. Por su parte, el bloque que va de suroeste a noreste esconde las 29 habitaciones de este singular hotel y la zona de saunas y bañeras de hidromasaje: al aire libre y con vistas al mar en la cubierta de la cuarta planta.
El empeño de la fundación Shorefast por activar la economía y la cultura del lugar ha puesto en marcha una cadena de acción-reacción en la que artistas, diseñadores, arquitectos, amantes de la naturaleza y del “hand-made”, van esculpiendo la realidad de esta insólita creación. Al otro lado, el viajero, el buscador de lugares remotos, se encuentra con la propuesta de quien no tiene miedo a despertar en los confines de la tierra.
Visita la wen de Saunders Architecture