En plena Semana de la Moda de París, falleció a los 81 años el diseñador japonés Kenzo Takada, fundador de KENZO. Motivo de la muerte: coronavirus.

Kenzo, a contracorriente
El escenario de éxito donde todo encaja a la perfección que rodea la marca parisina, se asemeja al nacimiento de esta. Los años 40 y 50 en Japón no fueron fáciles para un joven Takada que soñaba con hacer moda a pesar de las dificultades que le rodeaban: la homosexualidad, la desaprobación paternal y los estudios vetados a los hombres.

Tras una intensa lucha, consiguió acceder en Tokio a la formación en la que estaba interesado. Los conocimientos y la técnica adquiridos durante esos años impulsaron su traslado a la capital francesa, donde deseaba poner en práctica todo su talento.


Llevó a cabo su primera colección reutilizando unas telas de kimono que trajo de su país, y su propuesta fue el discurso libre, colorido y estampado que París necesitaba. Nacía así en el mundo de la moda el primer cercamiento real entre Oriente y Occidente. A partir de ese momento, Kenzo Takada se volvió imparable.
Llevó a cabo su primera colección reutilizando unas telas de kimono que trajo de su país, y su propuesta fue el discurso libre, colorido y estampado que París necesitaba.

Época dorada
Aquella ciudad acogió en los 70 a un creador que reinventaba el prêt-à-porter tratando de sumergir a todos en un sueño. Manipular a su antojo los patrones de las prendas le coronó pionero en tendencias relevantes como los vestidos tipo bata, chaquetas con hombros muy marcados y grandes sisas.


El día a día de KENZO fue un constante enfrentamiento con la zona de confort. Primero lanzó ropa de mujer, después se atrevió con la de hombre, le siguieron las prendas para niños y, finalmente, se dedicó también a la decoración.

Paralelamente, comenzaba a componer un sólido universo visual compuesto por looks donde los estampados atrevidos y alegres eran los protagonistas de las telas. Después de 50 años —y a pesar de que Takada llevara 20 fuera de la firma— su esencia sigue intacta.

Único e identificable
No es tarea sencilla comparar las piezas de KENZO, pues su estilo es rotundo y atemporal. Sin embargo, la firma española Mané Mané podría parecerse a la forma, el libanés Zuhair Murad compartiría ciertos colores, y las texturas y acabados impecables podrían recordar a la francesa EgonLab.


A pesar de haberse desvinculado de la empresa, su estilo asiático, entusiasta y abierto le acompañó en el resto de trabajos en los que intervino. Es el caso de K3, el proyecto de decoración que fundó hace un año y en el que estaba completamente volcado.

Sus más de 8.000 diseños —repartidos mayoritariamente entre moda y decoración—y los 60 años de trayectoria no agotaron nunca a un enérgico creador que dedicó su vida a lo que le apasionaba.
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