El artista Florentino Díaz ha instalado en el espacio Abierto x Obras de Matadero-Madrid una vivienda en riesgo de inundación, cuyas paredes están construidas a base de puertas recicladas por las que no se puede entrar. Si estas puertas pudieran contarnos historias, no describirían vidas de rellano (conversaciones o poses que se dan a la salida de casa, el saludo al vecino…), sino vidas de interior: pestillos a medio echar, pomos aún sin girar, advertencias de “lavabo” o “privado”. Alguna de estas puertas es traslúcida y deja ver el interior de la vivienda, un interior nuevo, recién construido, que contrasta con el abandono insinuado en el exterior y que se extiende por las paredes de esta sala que sirvió de cámara frigorífica del antiguo matadero.
Fuera, el abandono y el tiempo detenido sobre una construcción en ruina, la historia latente. Dentro, la historia contada: tres salas, tres proyecciones de gran formato y la reproducción de una secuencia fotográfica: interior con sofá I, interior con chica leyendo el periódico, fábrica de aviones, obreros I, interior con sofá II…. Hasta el 30 de agosto Florentino Díaz muestra en esta intervención las imágenes de un álbum recuperado en un mercadillo de París. Una historia familiar que se torna colectiva por compartir escenario: un ambiente reconocible de la Europa de principios del siglo XX. Europa: Pasajes de invierno es el título de esta pieza, pero más bien así se podría titular aquel álbum. Porque todo este dispositivo (la casa, la inundación, las puertas, el hilo musical de Schubert) está puesto al servicio de esta historia familiar, que podría ser la de cualquiera.