Los arquitectos Pemán y Franco han diseñado un austero centro de atención primaria en Illueca que se viste con una envolvente cerámica de la firma Faveker.
Modular el espacio con material de Faveker
La materia importa. Su manera de configurar el espacio, su procedencia y su capacidad de ordenarse, modularse y hacerse estructura es algo intrínseco de los proyectos constructivos. Pero también hay en ella una cuestión de escala para captar el concepto general de una obra, e incluso ir más allá gracias a la percepción sutil del ser humano. No es lo mismo abrigar una fachada con un componente que con otro distinto; y pensar en la arquitectura de ese modo hace que un edificio se ablande y se domestique para sus usuarios. Un buen ejemplo para ilustrar todo ello es el recién inaugurado Centro de Salud de Illueca, planteado por los arquitectos Pemán y Franco y vestido con el producto estrella de Faveker
La propuesta ofrece una organización abierta, de estética austera y claramente estructurada. Además, la volumetría del inmueble se integra en el paisaje con pragmatismo y expone un discreto lenguaje simbólico con el entorno: los macizos de la sierra del Parque Natural de Moncayo (Zaragoza, España). Así, la sede se ha concebido en función de los requerimientos sanitarios que se precisan, siendo este un centro de atención primaria dividido en cuatro alturas que se reparten en dos plantas para consultas médicas, una administración general y, por supuesto, un servicio de urgencias.
Destellos de titanio para el centro de salud de Illueca
La singularidad se observa en el énfasis estilístico y funcional de las fachadas. ¿Cómo? A través de la combinación de materiales clásicos y de técnicas contemporáneas. Todo ello se resuelve en una envolvente robusta pero finamente texturizada, donde dialogan elementos lisos y volumétricos de apariencia metalizada con acabados que emulan al titanio. Un delicado motivo ornamental con el que se arropan todos los planos de la cubierta —desde los niveles inferiores a los superiores—, proporcionando una composición integral en todo el revestimiento.
El objetivo —tanto para Faveker como para el estudio Pemán y Franco— pasaba por crear una dermis que combinara piezas cerámicas tradicionales de acabado plano, con otras que mostrasen un aspecto tridimensional notorio. Dos planteamientos alineados que amalgaman, por un lado, el carácter artesanal del propio lugar y, por otro, las demandas estéticas más actuales.
En lo que se refiere a prestaciones, dichas teselas porcelánicas están orientadas hacia el trasdós de la cámara ventilada, y su machimbrado la protege de la entrada de agua, evitando humedades, eflorescencias y otras consecuencias a largo plazo. La decisión de haber puesto el foco concienzudamente en solucionar los paños del edificio ha permitido rebajar en un 40% el gasto energético gracias a Faveker. Un hecho nada desdeñable y reivindicativo si hablamos de arquitectura contemporánea, que reafirma aquello que decíamos al principio: la materia sí importa.
En este enlace puedes leer más información sobre otros proyectos donde se ha empleado revestimientos de Faveker.
