En contra del adorno superfluo, el movimiento moderno instauró un régimen conceptual ajeno a la regularidad cotidiana. Cuestiones como el espacio, la luz, el color o el material cobraron fuerza a la hora de establecer nuevos planteamientos interdisciplinares. Tomando esta esencia como referente, Boris Berlin junto a Daniel Berlin y Germans Ermics concretizan esta visión en Modernism Crystallized, una muestra que podrá visitarse a partir del 11 de junio hasta el 11 de septiembre en la galería parisina Maria Wettergren.
Diseño y familia en la galería Maria Wettergren
El sentimiento de unión y colectivismo ante lo desconocido o contra lo ya establecido ha sido fundamental para generar cambios; es por eso que los integrantes del movimiento moderno abogaban por una renovación que provocase la irrevocable necesidad de ir más allá, pero todos juntos. Es precisamente ese origen de coalición el que el diseñador ruso Boris Berlin ilustra en Modernism Crystallized. Su discurso funciona en solitario, sin embargo, hay una aparente inquietud por establecer conexiones y diálogos en torno a otros nombres afines.
Daniel Berlin, hijo de sangre y arquitecto en Snøhetta, y Germans Ermičs, hijo “adoptivo” y diseñador letón, colaboran junto a Boris Berlin a través de la creación de obras conjuntas y en solitario. Esta operación incide en la universalidad de sus miradas, las cuales se enfocan en la abstracción geométrica condicionada por los mecanismos de percepción y un curioso juego de contrarios: orden y disolución, claridad y delirio, exactitud y deformidad. La galería Maria Wettergren propone así un espacio donde el término familia se plasma por medio del diseño de objetos en los que la forma sigue a la ilusión.
Modernism Crystallized: Boris Berlin, Daniel Berlin y Germans Ermičs
Todo el conjunto navega entre lo inusual y lo figuradamente comprensible con producciones individuales y también colaborativas. En esa tesitura, Emeričs trae consigo el vidrio y su estética de infinitos colores en Sunburst Tall Glass Chair, donde se palpa el estudiado equilibrio rectilíneo. Sus partes verticales se elevan hasta lo más alto mientras mantienen una conexión con la horizontalidad de su base, como un guiño rietveldiano a la icónica Red Blue. Emana de esta silla una protección gradiente en su color cálido —el mismo que en Mirror Beam—, aunque en esta ocasión recrea un trono frágil y sólido a la vez por la polaridad del material.
Siguiendo una estela afín, Boris Berlin configura la superficie de sus asientos con un matiz orgánico en High Grid Chair y Low Grid Chair. Como si se tratase de una reestructuración de la famosa Silla Mackintosh o un lienzo de Bridget Riley, la retícula invade todo el armazón de madera gestando una silueta que parece guardar el contorno del propio cuerpo, demostrando que la memoria no solo es un rasgo humano. En otro vértice distinto, pero no tan lejano, Daniel Berlin impronta la señal arquitectónica en su relieve mural de la Villa Savoye. Realizado en aluminio, deconstruye la mítica villa de Le Corbusier en distintos planos, comprimiendo su estructura y capturando un boceto primitivo que emerge con naturalidad sobre la tierra.
Asimismo, la exposición también presenta una serie de volúmenes de proporciones similares y materialidad variada. Estos Signature Objects cuentan una historia fragmentada sobre templos antiguos, en los que simplemente perdura la firma característica de cada autor. Sin embargo, es el trabajo colaborativo el que da lugar a piezas como Black Mirror o City Lights. La primera, entre Boris Berlin y Germans Ermičs, se dispone como una mesa en vidrio negro y espejo mediante un ejercicio ilusionista de estar y no estar, de aparecer y desaparecer eternamente según la luz recibida.
Y al margen de la geometría calculada, la metrópolis de City Lights, ideada por Daniel y Boris Berlin, se erige como un orbe en resina translúcida que nos habla del ciclo del sol, pero también del color de la ciudad. Una réplica de un Manhattan luminoso cuyo entramado ordenado —como en el resto de las obras— no abandona la caótica expresión modernista.
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Del 11 de junio hasta el 11 de septiembre en la galería Maria Wettergren
Boris Berlin, Daniel Berlin y Germans Ermičs