Botella habitual en los estantes de los bares y clubes españoles, la ginebra Bombay Shapphire se caracteriza por su color azul y por un peculiar aroma a hierbas mediterráneas y especies exóticas. A pesar de su nombre, se fabrica en Inglaterra desde 1987 y ahora cuenta con una nueva destilería en Hampshire, cuya rehabilitación ha sido obra del estudio de arquitectura y diseño de Thomas Heatherwick.
El autor de los nuevos autobuses londinenses y del pabellón británico de la Expo de Shanghái, aquella inmensa flor de diente de león hecha con fibra óptica, ha ideado un plan maestro para un conjunto industrial cuyos orígenes se remontan a 1718. En el lugar se encontró con un molino de maíz convertido en una próspera fábrica de papel, y en torno al que se fueron agregando edificios, incluidas las viviendas de los obreros. Pero no es el molino en desuso el elemento emblemático de la nueva destilería, sino un invernadero de cristal situado en el patio central de la vieja fábrica. Este armazón, dividido en dos, da coherencia al puzzle de inmuebles construidos a lo largo de dos siglos y reformados con el proyecto.
Ubicado por encima del río Test, que fue el encargado de hacer funcionar el antiguo molino, el invernadero se caracteriza por sus formas sinuosas en un paisaje de ladrillo rojo. Como una referencia real y natural a los ingredientes que aromatizan la ginebra, el invernáculo utiliza el vapor de los alambiques para mantener a una temperatura constante, por un lado, las plantas mediterráneas y, por otro, las especies exóticas. De este modo, se recicla el calor que debería salir a la atmósfera y se reinterpreta la tradición hortícola inglesa desarrollada en estructuras de cristal desde el siglo XIX.
La propuesta de Heatherwick, que además incluye la recuperación paisajística y medioambiental del río Test, no es solamente una solución estética y sostenible. Sus planteamientos definen de una manera muy clara la nueva relación que la marca quiere construir con su público.
