El pasado enero, el equipo de AMO planteó un escenario de película para el último desfile de Prada. La colección otoño/invierno de Miuccia Prada y Raf Simons se vio impulsada gracias al túnel de neón inspirado en 2001: Una Odisea en el Espacio del que salen los modelos, además del largo y dramático recorrido en zigzag que se traza.
Escenario futurista y moqueta oliva
Un octógono achatado, realizado con rejilla e iluminado por tiras de luces en tonos azules y violetas, conforma la antesala por la que circulan los modelos antes de llegar al gran espacio donde se topan con el público. Visto así, podría guardar ciertas similitudes con aquella tienda-tubo de Nax Architects o con la entrada elaborada por Daga Architects en el coworking J. Space. Este túnel de fluorescentes, que acoge los más de 40 looks que Miuccia Prada y Raf Simons han diseñado para la colección otoño/invierno 2022, conduce a los protagonistas hasta una moqueta verde oliva que inunda al completo el trayecto y el amplio patio de butacas.
Los desfiles de Prada se caracterizan normalmente por dotar sus escenografías con gamas oscuras y neutras, evitando el uso de colores muy vibrantes o que compitan en exceso con el diseño que se muestra. Sin embargo, esta tendencia ha cambiado desde hace algunos años, pues los fondos que rodean a estos eventos llevan rojos, amarillos o naranjas. En esta ocasión, con el dramático y teatralizado juego de luces y sombras destaca la tonalidad oliva de la alfombra y el azul del túnel, pero en ningún caso se superponen a la penumbra que impera en la Fundación Prada en Milán.
Prada y Hollywood
El camino que siguen los modelos lo marcan unos grandes focos instalados en el techo, dispuestos en zigzag y proyectando esta silueta sobre el suelo. Esta “Z” gigante genera tensión, movimiento y dinamismo al espectáculo. En este fashion show masculino, se ha contado con la presencia de varios actores de Hollywood como Thomas Brodie-Sangster, Asa Butterfield o Jeff Goldblum para vestir las nuevas piezas.
El reciente relato de Prada —concretamente esta función teatral tan lóbrega y confusa— se ve enriquecido por estos artistas que aportan más veracidad y autenticidad al mensaje de la pasarela. En cuanto a las prendas, son mayoritariamente monos de trabajo y uniformes unisex. La tarea de sastrería pone en valor las texturas y los materiales que toman la forma de conjuntos elegantes que exageran los hombros y marcan la cintura. Estos 49 looks, destacables por su funcionalidad y atemporalidad, conviven a la perfección con la arquitectura y el diseño planteado por AMO.
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El equipo de arquitectura AMO.
Por un lado, un túnel octogonal de neones imitando el famoso tubo de 2001: Una Odisea en el Espacio y por otro, una luz en zigzag proyectada sobre la gran moqueta verde oliva.