El Festival Concéntrico llegó a Logroño con la primera ola de calor del verano. Durante cinco días, arquitectos de distintas partes del mundo invitados por Javier Peña repartieron obras por las calles de la capital riojana. Intervenciones que invitaban a los visitantes a participar de reflexiones sobre el espacio urbano.
Concéntrico por el mundo
“Lo bonito de las instalaciones efímeras es que no tienen la pretensión de durar, solo la de hacer preguntas”, decía Xevi Bayona, de Bayona Studio, frente a las 111 Farolas que habían colocado en la Plaza del Ayuntamiento de Logroño. En los encuentros de este tipo siempre hay un momento durante la visita donde se pregunta por el futuro de las piezas que más gustan. ¿Acaso no puede haber indulto para la falla más votada? En algunos casos se hace y, en otros, no es viable. Algunas se desmontan y sus materiales se reutilizan, otras se quedan y otras viajan.



En un festival tan heterogéneo como Concéntrico, hay sitio para intervenciones que se sirven del material existente en Logroño, como la mencionada 111 Farolas de Bayona Studio, o Reciclar la ecología, de Abad; también de soluciones industrializadas, como vimos en ¡Tod@s a la mesa!, de h30 arquitectes o el Dancing bench de Soft Baroque; o directamente son diseñadas específicamente para una ubicación concreta: Todas las líneas son discontinuas, de Andreia Garcia y Diogo Aguiar, o Sermiento, una colaboración de Lemonot y O-SH. No obstante, todas tratan de interpelar al visitante con fuerza, ya sea arquitecto, turista o habitante.


Las fuentes de Logroño
Como si se hubieran anticipado al clima, en esta undécima edición dos de los equipos invitados basaron su proyecto en el reaprovechamiento de las fuentes urbanas de la ciudad. Monumental Splash fue la obra con la que Salazar Sequero Medina se hizo con el control de la fuente del Parque del Espolón. Una pasarela de madera que le robaba toda la solemnidad a la fuente-monumento de Espartero para acercar el plano del agua al paseo del parque. La nueva estructura sobrevolaba la barrera decorativa —en la que a veces se han convertido los parterres de flores—, y dejaba que lo único ceremonial fuera el chapuzón de los vecinos.

Leopold Banchini, por su parte, planteó una idea similar en un lugar diametralmente opuesto. Round about baths se apropiaba de otra fuente, esta vez la de la Plaza Salón, en medio de un nudo de tráfico y bullicio para proponer una zona de baño y una sauna. Si la propuesta de Salazar Sequero Medina era comunal y festiva, esta resultaba intimista. El detalle de los listones de madera ocultos tras unos paneles, el semicírculo como un ábside y la gran chimenea para las brasas de la sauna hacían que este enclave se convirtiese en un templo para el misticismo y la relajación. El lujo de los bosques alpinos sobre el granito de una plaza de Logroño.



Logroño habla de arquitectura
La repercusión que está alcanzando Concéntrico a nivel internacional hace que equipos prestigiosos de todo el mundo acudan a la llamada de Javier Peña, viajen hasta Logroño y compartan paseo, charla y copa de vino con los vecinos y los que venimos de más cerca. Pero quizá, el mayor logro que tiene el festival es que el recorrido obliga a pasar tiempo en la calle y a sufrir las inclemencias que soportan los árboles, los animales y los que no se pueden refugiar. Ayuda a valorar si nuestras ciudades y nuestros edificios son hostiles no solo de puertas para dentro, pues la creatividad y la imaginación deben estar al servicio de todos. Y durante una semana, todo Logroño habla de arquitectura.

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El festival se celebró en Logroño del 19 al 24 de junio.
La edición de este año cuenta con 22 estudios que participan con instalaciones efímeras repartidas por el centro urbano de la ciudad.