Los estudios Code Arkitektur y Light Bureau se unen en una nueva área de descanso en Espenes para mostrarnos la belleza de los fiordos noruegos. Una microarquitectura en forma de galería metalizada que se suma al exitoso programa de rutas turísticas Norwegian Scenic Route.
Arquitecturas para admirar los fiordos noruegos
El acto de detenerse en mitad del camino para observar apela directamente al beatus ille o —como se conoce ahora— al slow living; una filosofía que busca devolvernos el control del tiempo —si es que es posible—, animándonos a experimentar un carpe diem relajado que se estira sin prisas. Esta sensación de vivir el instante se acentúa de una manera especial si el paisaje circundante está inmerso en la fiereza de accidentes geográficos con majestuosas dimensiones. Y, en esta doctrina, Noruega parece estar a la vanguardia. Su amplio historial de triunfos edificados constituye el programa Norwegian Scenic Route: 18 intervenciones donde la contemplación de la naturaleza se concibe como parte de un turismo responsable; es por eso que sus localizaciones más visitadas aguardan miradores o construcciones realizadas por estudios de la talla de Snohetta, Reiulf Ramstad Architects o HZA.
Estos follies siempre buscan un diálogo pacífico con el entorno por medio de una piel que se camufla o una forma orgánica que se percibe integrada. Y es que con estas microarquitecturas funcionales se anima al visitante a relajarse y a maravillarse con las panorámicas que ofrecen. La última de estas hazañas ha recaído en el estudio Code Arkitektur, que ya en 2016 dejó su pincelada cerca de la cima de la montaña Gaular con la plataforma y zona de servicio Utsikten: una gran pista que poseía tres esquinas elevadas para otear con diferentes perspectivas dicha región.
El área de descanso de Code Arkitektur
En esta ocasión, el equipo noruego ha abandonado las alturas para proyectar un área de descanso a lo largo de Vestlands, concretamente en Espenes, lugar de transición entre los fiordos y las montañas que lo pueblan. Siguiendo una estética geométrica y puntiaguda —por una fiel imitación a los picos rocosos de alrededor—, esta estructura de acero inoxidable se aventura como un espejo del paisaje que refleja. Por un lado, una galería horizontal con techo de doble curvatura en honor al fiordo y, por otro, una línea ondulada en la cubierta para referirse a las laderas que lo conforman. De esa manera, Code erige un pórtico de 64 metros de largo y 4 de ancho que se inserta en el horizonte como un elemento más de él.
El nacimiento de esta serpiente metalizada se sitúa en el bloque abierto y afilado que esconde el aseo, mientras que, bajo la extensión de la columnata con techumbre de embudo, van brotando bancadas y mesas a modo de merendero o rincón de reposo. Toda la obra se remata con el tratamiento de la iluminación por parte de Light Bureau, que emplea un diseño lumínico que no abruma, sino que baña tenuemente de luz los ángulos y la cromática de los soportales con una instalación de 40 vatios afincada en el suelo. A diferencia del aura fría del exterior, en el interior del baño se apuesta por una atmósfera cálida, donde las lámparas led de pie que componen cada cubículo replican el alma de un fuego primitivo.
El resultado de esta combinación es la de un conjunto que no contamina ni lumínica ni visualmente, sino que se inscribe como una prominencia geomorfológica natural más. Un trabajo colaborativo entre dos estudios locales que valoran el ecosistema de su naturaleza, invitándonos a parar un instante para sufrir un Stendhal con solo presenciarlo.
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En Espenes, un lugar situado en los fiordos de Vestlands.