Del 18 de enero al 7 de abril, la Carpenters Workshop Gallery de París abre sus puertas a la exhibición Carpenters Chalet; un recorrido que nos adentra en los diseños de grandes figuras de ayer y hoy para ver cómo dialogan entre sí en el contexto de un escenario completamente doméstico.
De galería de diseño a cabaña contemporánea
Cuando en 1952 Le Corbusier proyectó le Cabanon de Vacances acabó estableciendo la tipología del refugio moderno. A partir de ahí, la montaña se hizo más habitable, a la vez que se convirtió en un territorio para la conquista humana. La evolución de esta celda doméstica hasta nuestros días refleja cómo las necesidades se han ido ampliando igual que el espacio que demandamos; de hecho, ha dejado de ser una residencia de segunda para instaurar las mismas condiciones que su contraparte en la ciudad. Y su interior también alberga cambios sustanciales en materia de tradición versus contemporaneidad.
A falta de una montaña, se podría decir que la Carpenters Workshop Gallery funciona como una cabaña para el art design en sus distintas sedes repartidas por el mundo. Las piezas más emblemáticas de la historia del diseño encuentran asilo y protección bajo el abrigo de sus salas, en un acto de acogida servicial. Como buenos anfitriones, saben sacarles partido a sus huéspedes, agasajarlos, hacer que se presenten orgullosos. Y de eso trata su última exposición parisina: de sentar a la mesa a nombres de distintas décadas con el fin de mostrar la convivencia pacífica que existe. Carpenters Chalet es un pastiche en el mejor sentido de la palabra. Un portal temporal que nos abre la posibilidad de entender el concepto de galería como el de una casa, y el de los objetos como el de sus únicos habitantes posibles.
Un circuito doméstico por Carpenters Workshop Gallery
Quienes se adentran en este refugio pueden sentirse foráneos, en una incursión más próxima al allanamiento que a la visita programada. Cada zona delimitada en Carpenters Chalet es una estancia en sí misma, cuya escenografía va en consonancia con la similitud creativa de las piezas que la conforman. Y así, técnicas, estilos y materiales se van sucediendo en los muebles que han grabado a sus autores en los anales de la historia del diseño.
Nada más entrar a este hogar ilusorio, oteamos cómo la crudeza natural se resquebraja en el sillón Earth Clod de Nacho Carbonell, mientras el sofá Autunm de los Hermanos Campana traza sinergias con el banco Fallen and Risen de Wendell Castle. Hijos de un tronco extraño —el primero en aluminio y el segundo en bronce—, estos dos últimos se rinden de un modo distinto a su función en el ecosistema: ofrecer asiento sobre un conjunto de anélidos o sobre una base ahuevada como un nido. De igual manera, la porosidad marciana de la roca en la luminaria Tolum Bommalatam de Giacomo Ravagli parece debatir con la pulidez cromática de la mesa Fuse II Arabescato Orobico de Charles Trevelyan. Con esta sencillez se desvela un aura vinculada al paisaje y un espíritu de recogimiento que se siente a cada paso.
Si se sigue avanzando, un comedor completo precedido por el hipnótico Grandmother Clock de Maarten Baas nos hace retroceder en el tiempo, dibujándolo minuto a minuto para presenciar cómo Carlo Molino resucita con su juego de sillas curvilíneas MOD A. Y en un salón contiguo donde brilla un fuego ficticio, el fantasma de Branzi nos acompaña silencioso con su lámpara Striped: un ejercicio de levedad nipona que se contrapone a la contundente y brillante Organic Table de Vicent Dubord o al gabinete oscuro y geométrico DC2117 de Vincenzo De Cotiis.
Todo este circuito matérico transporta al visitante a una línea temporal alternativa; a un universo donde iconos de ayer y hoy comparten cronología sin necesidad de abrir nuevos agujeros de gusano. Seguro que a Le Corbusier no le habría importado contar con algunas de estas obras para su Cabanon. Y es que, a pesar de que ventanas dibujadas en las paredes proyecten vistas a parajes nevados y hermosos, la intencionalidad de Carpenters Chalet deja claro que todo lo que se requiere para el asombro está dispuesto en forma de living.
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Del 18 de enero al 7 de abril, la Carpenters Workshop Gallery de París.