El estudio Croxatto & Opazo Arquitectos ha diseñado un par de cabañas vacacionales en la zona de Matanzas (Chile) que convierten su aparente poco espacio en una doble virtud. Desde fuera se integran a la perfección con la naturaleza que las rodea y, desde dentro, transmiten la sensación de flotar por el océano Pacífico.
El mar tiene un poder embriagador, de inspiración y de retiro abierto a lo desconocido; si hablamos de una de las últimas obras de Croxatto & Opazo Arquitectos, habría que entender esto último. El estudio construyó en 2018 un par de cabañas de diseño en la larga costa de Matanzas —una localidad en el centro de Chile— famosa por sus kilómetros de playas arenosas y formaciones rocosas, un punto idóneo para escaparse a disfrutar del tartamudo discurso de las olas.
Cabañas de diseño en el Océano Pacífico
Ubicadas en una pronunciada pendiente frente al océano Pacífico, La Loica y La Tagua —nombradas así en honor a un par de aves de la región— han sido proyectadas por los arquitectos como un beatus ille marítimo. Un consciente destierro, en la acepción casi literal del término, en el que no falta un diseño a la altura y de altura.
La Loica, con sus 19 m2 de superficie, y La Tagua, de 25 m2, buscan que los inquilinos olviden el poco espacio y la casi estrechez, transformando estas viviendas compactas en grandes salas de estar con doble nivel. Asimismo, los ventanales de suelo a techo, que brindan las mejores vistas, y los amplios balcones que son como un gozo para los sentidos, permiten que estos dos volúmenes se entremezclen con la naturaleza.
Agua, madera y viento de Chile en cabañas vacacionales
Aunque apenas cuesta 50 000 dólares —unos 42 000 euros— construir cada cabaña, la riqueza proviene de lo que le depara al huésped desde dentro. Desplegadas en dos partes, con su epicentro en un salón-comedor con balcón orientado al norte, también cuentan con un dormitorio en el piso superior al que se accede por una escalera vertical. De esa manera, la sensación en las habitaciones es de estar flotando por encima del agua y de la masa rocosa que sobresale, desde la que se puede observar la fauna autóctona, como los lobos marinos y otras especies nativas.
Además, cabe reseñar la madera de pino secado en cámara utilizada en la estructura principal, así como las traviesas de roble para el revestimiento exterior y los tablones nuevamente de pino para el interior. Todo ello tratado con aceite de petróleo para su protección contra la erosión y corrosión marina, sin que eso evite un acabado degradado que les ayude a su camuflaje natural.
Por su futuro uso, La Loica y La Tagua se pueden asemejar a The Mushroom, en China o el PokoPoko japonés del estudio Klein Dytham Architecture.
Los arquitectos Felipe Croxatto Viviani y Nicolás Opazo Marchetti son de la promoción de 2005 de la Universidad Mayor de Arquitectura de Chile y tras buscar algo más de formación (el primero en Pamplona, España; el segundo en la Universidad Católica del país sudamericano) fundaron su propio estudio en 2010.
La loica es un pájaro vernáculo de Chile similar al estornino que es muy apreciado por su canto melodioso y por la facilidad de su domesticación. La tagua es un ave gruiforme que habita en lagunas, lagos y espacios de aguas tranquilas con vegetación en las orillas.