Están tres en Nueva York y entran en un bar. Podría comenzar así un chiste cualquiera. Están tres diseñadores, treintañeros, en Nueva York y entran en un bar. Así empezaría otro. Un Principal Designer, un Design Manager y un Development & Sales Director están en Nueva York y entran en… esto ya no es un chiste. Es la realidad de la autoedición de mobiliario contemporáneo en Estados Unidos. Y hablamos de los penúltimos en llegar, Bower Studios: serios, formales y en modo absolute beginner. así son los diseñadores americanos: hagan lo que hagan, en Europa siempre nos extraña: ¿Cómo lo hacen? ¿Cómo llegan?
Mobiliario contemporáneo born in the USA
Fracaso es aprendizaje, intentarlo es emprendimiento y el éxito, lo que les ocurre, algún día, a algunos. Es lo que tiene no crecer profesionalmente a la sombra de los Vitra, Starck, Bouroullec o Capellini de turno. Los que aquí ya son cincuentones —los más jóvenes— trabajan para empresas compradas por fondos de capital riesgo o similar. Oh, sí, dardo personal para Marcel Wanders (57). Hablamos de una nueva generación realmente joven a la que eso no le importa: sus clientes son interioristas, prefieren lo único a lo especial.
Ubicado en Nueva York, Bower Studios es un equipo creativo con un enfoque multidisciplinar del mobiliario contemporáneo. Formado por Danny Giannella, Jeffrey Renz y Tammer Hijazi, su propósito es traer objetos y entornos inesperados a la vida de las personas.
Y lo consiguen. Pivote Fontaine es la fuente de interior soñada por Anna Castelli. El sofá sobre cristales Waterline Chair es toda una declaración de intenciones. La Marble Melt Chair es de esos asientos de los que parece haber miles. Dudo haber visto alguno y que eso importe. Las texturas de sus piezas se repiten en la reflexión o refracción de sus espejos. Algo que ya cococemos, pero puede que no.
La autoedición es inevitable
Sus potentes escenarios flirtean con el look instagramero y se inspiran en los encorsetados ambientes europeos. Su éxito está en su atemporalidad, sencillez y fotogenia.
La autoedición es su frescura y su labor, imprescindible. En su producción hay lugar para el adorno, la extravagancia y la artesanía de doble pirueta. Y sus autores lo tienen claro. “Escucha tu instinto —nos dicen desde el estudio—. Si no te está hablando, da un paso atrás y prueba otra ruta… Nuestro objetivo: lograr que el proceso envuelva lo que haces, alimentar tu pasión y ser curiosos”. Todo un reto.