Tras la renovación urbanística que vivió Sidney durante las olimpiadas, se decidió continuar con el plan de desarrollo del parque Blaxland y construir una zona de juegos integrada con lo ya existente, buscando una mayor diversidad de usos.
Acostumbrados a ver parques infantiles estandarizados, se nos olvida que no sólo la seguridad es importante, también hay que fomentar la imaginación y el desarrollo de las habilidades sociales. JMDdesign lo consigue utilizando un lenguaje contemporáneo que acerca la arquitectura actual a lo más pequeños. Moldea como si fuese plastilina una topografía de montículos y pendientes, que es la base para toboganes y túneles; y reinterpreta la casa en el árbol, construida a partir de cubos superpuestos de vidrio y lamas de madera.
El terreno se ha tratado de forma muy dinámica, colocando en un extremo las actividades de mayor intensidad: los columpios, la zona de escalada o la enorme red, y combinando el césped natural con superficies artificiales llenas de color. Conforme se avanza hacia el oeste aparecen los juegos de agua, la casa árbol, la zona de arena y el kiosco, donde un colorido mobiliario bajo sombrillas permite a los padres sentarse a merendar con sus hijos. Nuevos aires para este tipo de proyectos, que cada vez cobran más importancia dentro de la arquitectura y que se acercan al paisaje mediante el juego.