Treehotel (Harads, Suecia) es un hotel descompuesto en habitaciones delirantes que se elevan entre los árboles de un bosque y que han sido desarrolladas por diferentes arquitectos. El último de estos habitáculos, Biosphere, se mueve entre un ovni, un nido de pájaros o un cubo invisible y ha sido firmado por el estudio danés que más familiarizados nos tiene con el pop arquitectónico: Bjarke Ingels Group (BIG).

El nuevo habitáculo de Bjarke Ingels Group para Treehotel
Como viene siendo habitual, BIG ha planteado el diseño como una idea que se transforma en una imagen por encima de cualquier otro planteamiento espacial o constructivo. Hecho en colaboración con el ornitólogo Ulf Öhman, Biosphere se propone como una esfera recubierta de vida, como un lugar donde confluir con un entorno tranquilo y auténtico. Se trata de un prisma forrado con una segunda piel de casas para pájaros, sujetas por una subestructura metálica.

Esta envoltura y el acceso a través de una pasarela a varios metros de altura convierten un cubo anodino, revestido de madera y vidrio, en un mirador que flota sobre el paisaje. La doble piel hace que por el día la cabaña quede oculta tras las cajas, mientras que durante la noche y con el interior iluminado, la estancia adquiere un aspecto salvaje, como un Megatrón de la selva.


Biosphere: una casa en los árboles
La propuesta funciona por asociación de conceptos. Casa en el árbol, bosque, pájaros, naturaleza… El proyecto sobrevuela estos términos con ligereza sin ahondar especialmente en ninguno, como si, más que un ejercicio de reflexión, fuera el estribillo de una canción que se repite sin parar. No obstante, el efecto del collage es poderoso y tiene sentido en la mente del observador.

Biosphere es una acción de síntesis visual que encaja a la perfección en el tamaño y en el contexto del Treehotel, pero que resulta más difícil de entender dentro de las escalas gigantescas a las que BIG nos tiene acostumbrados. Durante las últimas décadas, se ha especializado en convertir edificios enteros en grandes iconos.


En Biosphere, sin embargo, la narrativa se apoya en el poder asociativo de su aspecto para parecer a todas luces la única y la mejor de las soluciones. Algo que nos lleva de cabeza al eslogan del estudio: Yes is more! O, en este caso, Yes is more! One more time!

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En Harads, Suecia.
El ornitólogo Ulf Öhman junto al equipo de arquitectura BIG.