La tienda de animales BIBU posee un novedoso concepto: más que un establecimiento comercial, One Fine Day Studio & Partners (OFD) ha implementado un lugar de encuentro interespecies con un diseño retrofuturista.
Una tienda de animales que lo engloba todo
En una sociedad que nos empuja al individualismo, es fácil entender que cada vez más gente decida optar por el amor animal para contrarrestar ese vacío existencial que determina la condición humana. Desde esta perspectiva, siempre ha sorprendido la capacidad de la cultura asiática para imbuirse y contaminarse de la probabilidad de un porvenir nuevo e incierto.
One Fine Day Studio & Partners (OFD) ha implementado un novedoso concepto para la tienda de animales BIBU. Más que un establecimiento comercial, el estudio de interiorismo ha creado un lugar de encuentro interespecies. Ubicado en el área central de Guangzhou, la propuesta deja atrás el funcionalismo tradicional de este tipo de negocios y escoge un desarrollo menos rígido, dividido en zonas de venta de alimentos y suministros para mascotas, alojamiento y cuidado, capacitación y clínica veterinaria. Sin olvidar una cafetería como punto de interacción.
Regreso al pasado: la Space Age y su estética futurista
La expresión visual de BIBU se inspira claramente en un diseño retrofuturista de líneas suaves y geometrías curvas. Este planteamiento genera una atmósfera ingrávida y atemporal, reforzada por los detalles metálicos que aparecen como estilizados —y fríos— trazos minimalistas. Una apuesta que bebe de forma consciente de la película de Kubrick 2001. Una odisea en el espacio (1968). Y, especialmente, de la intrigante escena final donde lo nuevo colisiona con lo clásico en un decorado kitsch, curiosamente estético, concebido por Harry Hans-Kurt Lange. Recordemos que, además de trabajar en producción de cine y dirección de arte, Hans-Kurt Lange dirigió durante los años 50 y 60 del siglo pasado la sección de proyectos futuros de la NASA.
Este homenaje se hace evidente en el suelo retroiluminado que se extiende desde el primer piso del local, pasa a la escalera y termina por convertirse en la luz del techo de la segunda planta. Por su lado, la elección del mobiliario —una reinterpretación de piezas históricas, pero con una materialidad actual— es también una oda a esa corriente creativa conocida como Space Age, que definió parte del diseño de los 60.
La escenografía construida por One Fine Day Studio presenta una tonalidad neutra, que enfatiza y enfrenta la naturaleza muerta y abstracta del BIBU Pet Store con el movimiento, el color y la vida de los animales. El resultado es un mecanismo retail de extrañamiento, una sintaxis visual de opuestos que acentúa la sensación teatral del interiorismo.
En este enlace puedes leer sobre un refugio de animales hecho con materiales reciclados.