Atención niños del mundo. Sí, se trata de un espacio de juegos, pero serán vuestros padres los que os supliquen por favor, por favor, que los llevéis allí a pasar la tarde. Esta área interactiva compuesta por 20 anillos iluminados mediante LED muy cerca del Centro de Convenciones de Boston, se presenta como un concepto híbrido de parque de juegos tecnológico e instalación itinerante, que capta la atención de los más pequeños, pero sin duda cautiva la mirada de los que no lo son tanto.
Swing Time es el nombre escogido para este conjunto de columpios versión 2.0 fabricados en polipropileno soldado que nos hará desaprender lo que hasta ahora entendíamos por un balancín de parque. Tres tamaños diferentes permiten que la edad no sea un factor a tener en cuenta a la hora de divertirse. Aunque lo que hace realmente especial a esta propuesta es el acelerómetro interno para medir la fuerza aplicada. Cuando los anillos están estáticos emiten una suave luz blanca. Pero cuando un usuario se hace dueño de él y comienza el movimiento, van cambiando de color hasta llegar al púrpura. Una fusión de diseño y tecnología creada por Höweler + Yoon Architecture como reivindicación de la falta de espacios lúdicos en Boston.
Para la generación que ha nacido con las pantallas táctiles en las manos, o para los que hacer deporte pasa por encender la Wii, tal vez esta plaza de juegos probablemente sea una más. Pero para aquellos que crecimos con columpios de metal y con balancines de plástico y cuerda, sobre cemento áspero y no sobre esas superficies acolchadas de ahora; para nosotros, Swing Time supone volver a ser niños y quedarnos boquiabiertos con cada estela de luz que iremos dejando a nuestro paso. Porque queremos llegar más alto, queremos llegar más lejos. Nosotros queremos ser de color púrpura.
