Desde el pasado mes de junio y hasta el próximo 15 de noviembre el museo Tinguely de Basilea alberga la muestra Return to sender, una propuesta artística en la que el creador mexicano Pedro Reyes continúa trabajando con objetos en los que conviven los significantes —aparentemente opuestos y a veces complementarios— de las armas y la música.
Los orígenes de este proyecto se remontan al año 2012, con el conjunto de 50 instrumentos construidos bajo el título Imagine con la colaboración de un grupo de músicos profesionales y utilizando 6.700 armas que iban a ser destruidas por el gobierno en Ciudad Juárez. Este material daría lugar más tarde a las primeras máquinas musicales de la serie Disarm.
Aquellas piezas suponen una suerte de reciclaje que trasciende la transformación material, pues pretende calar en las mentes de los individuos — y, por extensión, en la sociedad—para agitar una estructura de valores. Pedro Reyes parte de la afirmación de que detener la violencia es un derecho humano, y plantea que para erradicarla no basta con intervenirla en los lugares donde se aplica: es necesario señalar allí donde se fabrica. Este es el importante matiz que diferencia a los aparatos musicales de Return to sender.
Cada uno de ellos se titula con la marca de las armas empleadas para producirlo, lo que alude directamente a fabricantes de países como Italia, Bélgica o Austria, y señala a firmas que gozan de antigüedad y prestigio, asociadas con la denominación de origen, la riqueza y el empleo. La alta cultura y la distinción que representan quedan enfatizadas al mecanizar estos artilugios con la reproducción en bucle de las composiciones musicales de Mozart, Vivaldi o Mani Matter.
Sobre las connotaciones que arrastran desde su producción hasta el desguace, propone Pedro Reyes un viaje inquietante: comienza en la guerra contra las drogas de México y se dirige hacia los países de paz donde se produce la industria bélica. De una parte, el reino del miedo; de la otra, la disciplina, la tecnología y el diseño, puesto todo junto a sonar en una caja de música.
Visita la página de la expocición en el museo Tinguely