Hasta el 1 de diciembre se puede visitar la intervención del artista Alberto Peral en el Pabellón de Mies van der Rohe de Barcelona. Un proyecto titulado Splashing Mies y comisariado por David Mesa donde se juega con la arquitectura y el agua para romper la calma del enclave.
El Pabellón Alemán de Mies van der Rohe: un icono permanente
Hay edificios que se han convertido en iconos y el Pabellón Alemán, diseñado por Mies van der Rohe y Lilly Reich para la Exposición Universal de Barcelona en 1929, es uno de ellos. Pocas propuestas han generado tanta teoría en torno a la propia arquitectura como esta construcción; símbolo de una modernidad que cuesta poner en crisis, pero que a lo largo de los últimos años se ha venido desestabilizando a través de intervenciones de artistas y arquitectos como Andrés Jaque, Ai Weiwei o Félix González-Torres.
Splashing Mies es la obra que hasta el 1 de diciembre presenta el artista Alberto Peral en este enclave. Una intervención que, mediante la simetría, los reflejos y el uso especular de algunos materiales, hace vibrar la arquitectura fantasma del lugar. Comisariada por David Mesa, Splashing Mies propone una relectura de ciertos aspectos intangibles del pabellón, rompiendo la excesiva tranquilidad del estanque y provocando que la geometría de Mies se ponga a bailar.
Sostenida por los ocho pilares exentos, la cubierta se convierte en el soporte de un tubo de acero blanco que canaliza el agua y la derrama en la zona acuática, interrumpiendo el reflejo y el silencio que se asocia a este sitio. Aquí, al igual que suele ocurrir en casi todos los proyectos de Peral —como vimos en la exposición Redonda redonda (Tecla Sala, 2021) o Dar la vuelta (Patio Herreriano, 2022)—, los objetos y el uso de los componentes se ponen al servicio de una serie de gestos mínimos que consiguen construir otras maneras de experimentar el ambiente.
Alberto Peral y el juego con la arquitectura de Mies van der Rohe
En el caso de Splashing Mies, la salpicadura genera temblor y sonido, pero se ve acompañada de una serie de mínimas intervenciones duales. Con ellas, la arquitectura del alemán se ve interferida por pilotes que no cumplen su función portante porque se muestran como elementos inertes que transforman la visión del entorno. Una escenografía que podría interpretarse como un guiño irónico o una broma cómplice entre Le Corbusier y Mies van der Rohe. Junto a estos y en una de las láminas de agua, encontramos una pieza doble realizada con mármol negro de Calatorao. Suspendida sobre el estanque, esta genera una ruptura con el reflejo de toda la construcción, palpitando al ritmo del chapoteo que le llega desde el tubo blanco afincado en el techo.
Igual que en el propio trabajo de Mies, donde arquitectura y diseño de mobiliario iban de la mano, Alberto Peral ha instalado también junto a las famosas sillas Barcelona una escultura a modo de mesa, que actúa de resumen sobre las intenciones del artista en todo el edificio. Erigida en mármol Macael, acero inoxidable y vidrio, parece una pequeña maqueta de otro sitio; una estructura que en sus materiales resulta más liviana y donde el uso del blanco acerca hacia el acento mediterráneo de autores como Carlo Scarpa.
Como escribe Alberto Peral: “Salpicar intencionadamente a alguien subraya un vínculo que se establece entre dos personas. Solemos salpicar a aquellos con los que tenemos una relación especial de confianza. Se trata de una actitud ciertamente irreverente que refleja a su vez la cercanía y el juego”. Similar al famoso cuadro de Hockney del que toma el título, Splashing Mies es promesa, un momento detenido y la posibilidad de experimentar el tiempo y el espacio desde su propia inmaterialidad.
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También conocido como el Pabellón de Barcelona, es una obra maestra de la arquitectura moderna diseñada por Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Este edificio, ubicado en Barcelona, fue concebido para representar la modernidad, la elegancia y la innovación de Alemania en la exposición. Aunque originalmente fue desmantelado tras la feria, se reconstruyó en 1986 como una réplica exacta en su ubicación original.
