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Sauce Llorón.Alberto Gorgojo

Al leer en la prensa noticias actuales sobre diseño, se pueden perfilar varias directrices en un gran movimiento creativo mundial. La sostenibilidad en la producción y en la vida útil de los objetos es una de ellas. La recuperación de los oficios artesanales que se han ido perdiendo con la expansión de la industria es otra. Y una tercera, la transformación del diseñador en un artista con lenguaje propio. Algunos creadores personifican parte de estos rasgos tres rasgos, pero resulta sorprendente encontrar una personalidad que los aglutine todos y alguno más.

Esta rara avis vive en España y se llama Alberto Gorgojo. Nació en Madrid hace menos de treinta años y refleja en su trabajo la época en la que vivimos. Gorgojo es hijo de una era en la que, por un lado, los avances tecnológicos se han vivido como señales de progreso y, por otro, se ha revocado la cultura del usar y tirar. Además, su interés por el arte contemporáneo desde una edad temprana añade un acento de conceptualismo a muchas de sus obras.

Entre sus últimas colaboraciones con artesanos, encontramos maceteros para cactus realizados con ceramistas, lámparas con forma de jamón ibérico en colaboración con un artesano del cuero, estanterías de esparto… Son todos objetos acomodables en una galería de diseño, que además poseen la “realidad” de un trabajo con acervo milenario. Porque en definitiva, los diseños de Gorgojo comunican humanidad, tanto en las piezas creadas desde cero, como en los productos nacidos del reciclaje. ¿Humanidad en los disquetes transformados en estuches o en una lámpara hecha con un antiguo semáforo? Por supuesto: el hombre está en ellos porque su mano los ha reinventado, o lo que es lo mismo, les ha devuelto la vida. En el televisor, cuyo tubo catódico está tapado con corcho, reza la frase “recycle or die”, en un alarde de defunción catódica con guiño a Nam June Paik, uno de los primeros artistas que trabajaron con los televisores como vehículo expresivo.

En pocas líneas hemos establecido un recorrido entre el esparto y el arte conceptual, el mismo que siguen las ideas de Alberto Gorgojo. Él las alimenta con memoria, inquietudes y creación, y el resultado es de lo más esperanzador, teniendo en cuenta que está al inicio de su carrera, y que quedan muchos objetos por construir y más ideas por plasmar.

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