La mezquita Al-Mujadilah es un centro de reunión para mujeres de 50 000 m2 que la fundación Qatar ha promovido para la ciudad de Doha; un lugar que quiere servir además como espacio de rezo y aulario. Detrás de un proyecto de estas dimensiones se encuentra el trabajo del estudio neoyorkino Diller Scofidio + Renfro, que han tratado de solucionar los problemas de una pieza de este tamaño diseñando una cubierta que abarcara todo el enclave. ¿Cómo se diseña una sombrilla que pueda cubrir 5 hectáreas?
Al-Mujadilah Center: la mezquita bajo una cubierta
A diferencia de las iglesias, las mezquitas no se consideran espacios sagrados, sino lugares donde la comunidad musulmana se reúne para rezar. Desde un punto de vista arquitectónico, se acercan más a una plaza que a un templo; y con este planteamiento, en el Al-Mujadilah Center se ha buscado un ambiente multifuncional en el diseño. Salas lo suficientemente extensas como para poder alojar a un número importante de visitantes, y donde se incluye aulario, biblioteca y, por supuesto, una zona de rezo. Todo en una misma planta y bajo un mismo techo.
Los arquitectos de Diller Scofidio + Renfro se han esforzado en poner énfasis en la concepción de una cubierta paramétrica, que posiblemente optimice el número de apoyos en el interior y que con seguridad arroja un juego de luces interesante, que va cambiando a lo largo de las horas del día. La propuesta se completa con un interiorismo que se limita a diferenciar el perímetro y el área de rezo con un muro curvo y una gran alfombra, que cubre la superficie para albergar la oración de 1300 fieles. Un gesto que se repite en toda la planta y se interrumpe solo por la aparición de unos olivos solitarios, igual que lo hace la nave gótica dentro de la Mezquita de Córdoba.
¿Una mezquita o un pabellón?
Tanto el centro como la mezquita Al-Mujadilah muestran muchos recursos de la arquitectura tradicional islámica —las columnas, la orientación de la vista hacia el mihrab o el jardín de entrada—, aunque se han dejado algunos otros en el tintero, como los patios, la relación interior y exterior o la presencia de elementos de agua. El proyecto se enfoca en destacar algunos de los detalles más superficiales de esta tipología para tratar de gritar a voces cuál es su función, en vez de expresarlo con sus cualidades espaciales. Y el resultado parece un gran pabellón maquillado de edificio singular.
La intención de un concurso de este calibre suele ser poner en valor el uso de un entorno público representativo solo por mujeres frente al contexto de un país donde sus derechos son cuestionados por varios organismos internacionales. Diller Scofidio + Renfro plantea la obra como un altavoz para un promotor que se esfuerza por reducir esa imagen, por resaltar las inversiones en infraestructuras o por señalar el papel que pueden tener las mezquitas como lugares públicos seguros para la población vulnerable y vulnerada. Solo que en este caso el edificio no tiene forma de mezquita. Tiene forma de arquitecto estrella.
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Es una mezquita y complejo de 50 000m2 para mujeres que incluye aularios, zonas de reunión y espacios polivalentes.
Los arquitectos han trabajado en una cubierta paramétrica que pudiera ordenar con un juego de luces cambiante la enorme sucesión de espacios del interior.
