El diseño a gran escala y la impresión 3D es una combinación relativamente reciente de malabares morfológicos hasta ahora imposibles. Son muchos los artistas y creadores que ya experimentan con esta técnica. Grandes personajes del mundo de la moda y la arquitectura como Zaha Hadid O Alvin Huang (del grupo Synthesis) impulsan su investigación y sus capacidades por descubrir. En su tercera convocatoria, la Conferencia Internacional de Diseño Asistido por Ordenador en Arquitectura (ACADIA), que se presentó en Los Ángeles a finales de octubre, se ha convertido en una exposición futurista que demuestra las innovaciones en esta forma de fabricación.
La impresión 3D permite una novedosa producción de formas complejas y creación de superficies escultóricas como las que se dieron a conocer en la conferencia de Los Ángeles. Nos centramos en dos de ellas, ambas prototipos de mobiliario, y generadas gracias a las cualidades de la gama Object500 de la casa Stratasys.
La primera, creación de Zaha Hadid Architects, es una silla de superficies onduladas y silueta laberíntica, que sería realmente difícil de conseguir con otro proceso. Los arquitectos alegan una búsqueda de ligereza; con ello se hace destacar el potencial que tiene la impresora. ¿Por qué? Porque es un arte que juega con el vacío. Vacío que se manifiesta en su estructura, por esa complejidad de contorno y apariencia quebrada; vacío que se manifiesta en su superficie, por esa malla uniforme; y que se revela en su aspecto, gracias a la impresión en distinto grado de opacidad. Con ello se consigue una optimización en volumen remarcada por el azul de las arterias estructurales del asiento.
Alvin Huang contribuye con Durotaxis, una silla ovoide de doble posición. Dispuesta en vertical, es mecedora y con un giro de 90, se convierte en sillón. Está reticulada en celdillas, haciendo que el objeto se asemeje a los modelos de simulación. De igual forma, la malla de esta pieza se adapta a su geometría. Allí donde debe ser más rígida, la celda disminuye de tamaño y número de vértices, y viceversa. Así, queda patente la precisión y el detalle mínimo que puede generar el proceso de manufactura. Más allá de esto, el autor explora las habilidades de impresión multicolor y multi-acabado de material haciendo gradaciones de propiedades y color. Por último, la variación en textura acompaña la sensación de flujo continuo que transmite el objeto.
La impresión 3D, generalmente utilizada en prototipado rápido, se desplaza al diseño de producto y alerta de su proyección hacia una fabricación inmediata. Es por esto que las figuras escultóricas que nos deja no serán ya piezas únicas obtenidas a partir de bloques como las figuras clásicas. Se crean con el material necesario en el punto preciso, con mínimo desperdicio. Son reproducibles, y en gran escala.
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