Hace poco tiempo, en una galaxia muy muy lejana, nació la concepción de la obra futurista del artista Ikeuchi Hiroto. Expuesto recientemente en la galería SAI de Tokio, su trabajo deja entrever un conjunto de soportes humanos de sentimiento robótico, ataviados de dispositivos y máquinas. Hiroto hace transversales el mundo de la moda y la electrónica; calza de Balenciaga a estos maniquíes, ocultando por completo su rostro por medio de  máscaras, gadgets y otros artilugios de respiración. El cíborg se identifica por equiparse de complementos inteligentes, armaduras, cabeza aerodinámica y maxirrodilleras mecánicas que apenas descubren la pierna orgánica. El japonés lo presenta como un ser híbrido de pies a casco que conjuga piel y ciencia ficción, y está listo para despegar con sus propulsores alados hacia un espacio exterior muy punk.