Entre los vestigios de la Expo Universal de 2010, DMAA Architects ha levantado en Shanghái un invernadero monumental que revisita el mito del Crystal Palace. Expo Cultural Park Greenhouse Garden es un laboratorio biónico donde tecnología, naturaleza y memoria industrial se entrelazan bajo una estructura que plantea una nueva relación entre arquitectura y clima.
Del Crystal Palace a la Expo Cultural Park GreenHouse Garden
La primera Exposición Universal del mundo se celebró en 1851 dentro del Crystal Palace de Hyde Park, una nave de vidrio y hierro fundido pensada para presentar los grandes avances de la Revolución Industrial en Inglaterra. La corona confió en la experiencia de Joseph Paxton construyendo invernaderos, y le encargó un edificio que sorprendiera a los visitantes con las cualidades que estos nuevos materiales podían aportar. Más de siglo y medio después, el estudio DMAA Architects ha levantado Expo Cultural Park Greenhouse Garden entre los restos de otra Exposición Universal: la de Shanghái de 2010.

Su proyecto recupera la esencia de estas exhibiciones y vuelve a emplear los invernaderos para evidenciar las capacidades tecnológicas del sector. El equipo austriaco ha asentado su propuesta dentro del parque, que para aquel evento global se ideó con un diseño que trataba de huir de las líneas ortogonales del pasado. Por ello, ahora plantea una arquitectura orgánica que se introduce bajo el gran entramado de cerchas existentes. Las formas son seductoras a la vista y parecen inspirarse en la imagen de los paisajes artificiales que se repiten en el interior. De algún modo, quiere transmitirnos que el futuro tendrá el aspecto de una ciudad biónica.

Una ciudad dentro del invernadero
El tamaño de los volúmenes hace posible que los diferentes pabellones queden conectados a varios niveles por una pasarela de hormigón, igual de curva que los trazos de los cerramientos. Sorprendentemente, las nuevas edificaciones mantienen una relación coyuntural con los restos de la antigua Expo, y el contraste resulta interesante, pues la innovación queda mejor retratada cuando posa junto a los fragmentos de una época anterior.

Como hizo Joseph Paxton, los vieneses han aprovechado su trayectoria con refugios botánicos para multiplicar la escala y, además, convertir Expo Cultural Park Greenhouse Garden en una obra sin consumo energético. La gran demanda de un invernadero de esta envergadura se cubre con fuentes renovables y estrategias pasivas, que se superponen para lograr replicar el ecosistema de un desierto o de una selva en un hábitat de tres plantas de altura.

El alarde tecnológico de la intervención es igual de megalómano que la idea del encargo o que las dimensiones de Shanghái, que podría alojar a la mitad de la población española. Sin embargo, el proyecto es un planteamiento eficiente para preservar el verdadero valor de salvar un vacío urbano en el centro de una de las ciudades más pobladas del planeta. Shanghái es el escaparate, Expo Cultural Park Greenhouse Garden la vitrina.

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