El nuevo espacio de trabajo de Isern Serra se presenta a la vez como espacio doméstico y expositivo: una heterogeneidad característica de sus interiores. Y esta intervención se resuelve en, buena medida, como una antología de los recursos y procedimientos que definen su estilo inconfundible.
La espacialidad híbrida de Isern Serra
Cuando el año pasado lo entrevistamos para ROOM Diseño, Isern Serra nos explicó que diseñar su vivienda había sido clave en la forja de su manera de entender el interiorismo: “Fue mi primer proyecto personal, donde realmente pude hacer lo que quería, y esto me facilitó experimentar y llevar a máximos ideas que a veces con los clientes no puedes realizar”. Allí, casi como en un manifiesto, tomaron forma algunas de sus estrategias recurrentes, como la hibridación de lo doméstico, los ámbitos expositivos y los de trabajo en un mismo lugar. También nos advirtió entonces que en poco tiempo se mudaría y, dicho y hecho, he aquí este nuevo Estudio-Casa, aún más híbrido y abierto si cabe.

Como sucedía con la de El Clot, este nuevo espacio en el Poblenou se halla también en una antigua planta de oficinas, en un edificio de los años sesenta. Y con su intervención ha mutado en un entorno laboral expandido con criterios más hogareños que residenciales: obsérvese la inversión de los términos habituales de la expresión casa-estudio. Se trata de “albergar una amplia variedad de eventos que vayan más allá de las reuniones convencionales”, de alimentar “conversaciones que dejen a los invitados con nuevas ideas y perspectivas”, de “capturar la esencia de una galería, fusionando de manera armoniosa la intimidad de un hogar con el atractivo de una galería de exhibición profesional”, en definitiva.


E Isern articula esos objetivos con su modo característico: una suerte de equívoca neutralidad donde todo parece muy sencillo, aunque no lo sea; donde todo parece posible, y donde cada mínimo detalle tiene significado.

Estudio-casa: entre lo orgánico y lo monocromo
La entrada nos sume en un pasillo estrecho de techo curvo que semeja un túnel y da acceso a las estancias cerradas: los baños, el almacén y, sobre todo, una sala de reuniones a la que se entra por una puerta que nace del arco del pasillo. A partir de ahí, el ambiente se dilata en un gran rectángulo luminoso pautado por las vigas que surgen del techo y que rematan los vanos de la fachada, vestidos por visillos continuos y convertidos en un gran difusor de luz tamizada. El diseño juega con los planos del suelo para establecer —que no delimitar— vagas áreas útiles: a la derecha, la cocina y una mesa de comedor; a la izquierda, un sofá y una zona de estar; al fondo, junto a los ventanales —y un escalón por debajo—, dos grandes mesas de trabajo afrontadas.


La mano de Isern se reconoce en todo ello: el sofá y las estanterías de obra; la presencia escultórica de las mesas de microcemento y las realizadas ex profeso por Fusteria Vidal; el contrapunto cromático de la mesa-cilindro de travertino rojo de Barbany Artisans, o la encimera caliza rematada por bordes irregulares. Las lámparas de Davide Groppi y de Miguel Milá, las sillas de Frame Copenhaguen y el sillón de Van Beekum —cuidadosamente restaurado— son hitos que, además de hacer su función, dibujan una genealogía, un universo de referencias acogedoras y amistosas. Lo que Isern Serra consigue es muy difícil: un paisaje neutro, un vacío casi monocromático donde apenas hay nada que, sin embargo, es inmediatamente reconocible como suyo.


Todo termina conectando con sus proyectos anteriores. La parte cerrada, orgánica y curvilínea; la parte abierta, regular y luminosa. El mobiliario de obra, la textura de los pilares, el encuentro de lo minimal con lo artesanal. Las pequeñas prestidigitaciones espaciales, como el óculo que espía el ambiente principal o la levísima abertura en la esquina superior de la cocina, transformada en una luminaria misteriosa que alumbra el almacén al otro lado del muro. Lo que en su vivienda de El Clot fuera una configuración, en este Estudio-Casa es una especie de antología. Un lugar flexible donde reunir gente y mostrar propuestas, pero donde lo primero que se muestra es una determinada perspectiva de entender el oficio. Eso es el estilo. No algo que se busca, sino la huella que uno deja en el proceso de búsqueda.

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