La línea sueña y brilla en el Madrid Design Festival

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En La línea sueña, la luz deja de ser una fuente de iluminación para convertirse en un lenguaje que transforma el espacio y la percepción. Dentro del Madrid Design Festival y disponible hasta el 20 de abril, esta exposición comisariada por Javier Riera, con la colaboración de Cosentino y el asesoramiento de ROOM Diseño, nos sumerge en un universo donde la geometría se diluye en destellos y sombras, evocando la sensibilidad de Paul Klee y la poesía del resplandor.

Familiglia. Maximilian Marchesani. Exposición La Linea Sueña. Madrid Design Festival 2025
Familiglia. Maximilian Marchesani. Exposición La Linea Sueña. Madrid Design Festival 2025

Madrid Design Festival: rediseñar el mundo a partir de la luz

Para entender la raíz de La línea sueña, uno debe ceder ante todo impulso y dejarse seducir por la luz. Pero, sobre todo, uno debe remontarse tiempo atrás, a un momento en el que Paul Klee esbozaba su imaginario introvertido en forma de trazos. Ejercicios creativos y bahuasianos que le hicieron sentenciar “la línea sueña con nosotros y nosotros soñamos con la línea”. Habría color y habría geometría en sus lienzos, pero también habría algo que ni siquiera él mismo pudo explicar cuando observaba “un fulgor venido de donde no se sabe”. La experimentación lumínica tiene un peso relevante en nuestra manera de abordar lo abstracto e intangible en contraposición a lo concreto y físico. Y es humano —incluso naíf— jugar con los contornos para atrapar en ellos algo etéreo, domesticando indirectamente la función del resplandor en el espacio.

MDF, Madrid Design Festival
Red Echoes, (2022). Massimiliano Moro. Madrid Design Festival 2025

Si Paul Klee doblegó la línea en sus obras, Javier Riera la ha expandido en esta muestra para la nueva edición del Madrid Design Festival. Ubicada en la planta baja del teatro Fernán Gómez, distintos conceptos se reflejan en el planteamiento expositivo de Javier Jiménez Iniesta y la metáfora sensorial de Riera como comisario, quien ya mantenía un fuerte vínculo creativo con esta materia. La agrupación de las 70 piezas —procedentes de 45 creadores— genera un corpus sobre el que aproximarnos a la disciplina de la iluminación, sabiendo que en ella el efectismo está ligado a la percepción subjetiva de nuestro mundo interior y a la proyección con la que se desvirtúa la propia realidad. Todo lo demás es un flujo incandescente, que brota para mostrarnos cómo el objeto puede mutar en diferentes ángulos y mimetizarse con una poética del espectro visible.

MDF, Madrid Design Festival
Exposición. Madrid Design Festival. Madrid Design Festival 2025

El elogio de la sombra y la naturaleza

“Todas las obras reunidas destacan por su innovación y su capacidad para transformar entornos a través de la luz, a partir de diversos modos de sentir y de construir elementos destinados a iluminar nuestro entorno”, comenta Javier Riera. Este discurrir por lo incorpóreo nos conduce por una mirada repleta de amplitud, canalizada a través de objetos que sugieren un paisaje, que se adentran en la penumbra, que reivindican la forma o que tienen presente la sostenibilidad como bloque temático y transversal. Esta psicología de lo espiritual penetra en luminarias como las de Maximilian Marchesani, quien atrapa en Giovani e Stupidi un sol de vidrio macizo sobre un soporte de tierra cruda, y nos trae la golden hour en cualquier instante del día. La búsqueda del equilibrio se percibe en otra de sus lámparas, Famiglia, donde la rama de avellano se debate entre la tensión eléctrica y el estallido cromático de las plumas. También ese equilibrio se observa en Aqua Fossil Gravity del estudio Amarist: un pulso contenido del alabastro contra el hormigón.

MDF, Madrid Design Festival
Lampyridae nº 3, (2013). Carlos Coronas. Madrid Design Festival 2025

No se puede hablar de luz sin tener en cuenta las sombras, y por eso las reflexiones de Junichiro Tanizaki no son simplemente esperadas, sino indispensables. La exploración del destello desde la baja intensidad celebra la incandescencia controlada en volúmenes de distinto material: la geometría de la loza en el sistema 3S Unit de Marre Moerel; la tela de Ábatte en Seda de Mayice; el movimiento curvo del acrílico en Gweilo Qin Pe de Partisans, o la ingravidez cinética del textil plisado en Oïphorique P GR de Atelier Oï. Expresiones de diseño que personifican “los reflejos profundos, algo velados, al brillo superficial y gélido; brillo ligeramente alterado que evoca irresistiblemente los efectos del tiempo”, escribía Tanizaki.

MDF, Madrid Design Festival
Giovani e Stupidi, (2022). Maximilian Marchesani. Madrid Design Festival 2025

De la escultura performática a la creación sostenible

Y de esa “serenidad eternamente inalterable”, lo escultórico sienta cátedra en el modo en que se moldea lo lumínico, pues el propio cosmos nos enseña que cualquier cuerpo es digno de irradiar sus propios fotones. Candela Cort lo atestigua en sus apliques artísticos Candela para LZF Lamps, o André Ricard con su alarde pop en la mítica Tatu. Esta relación interdependiente entre el diseño y la expresividad luminosa halla senderos como el que Draga y Aurel traza con la resina epoxi en Joy Wall Lamp. Mientras que las resonancias kleenianas aparecen metamorfoseadas con diferentes técnicas, siempre acudiendo a la simpleza: Antoni Arola y su Barcelona Lamp, Michael Anastassiades y su Ta-ke 2. Y por supuesto Davide Groppi y Origine, donde la firma italiana parece encarnar simbólicamente esa línea que sueña. No obstante, el contorno también puede radicalizarse, deconstruirse, romper la expectativa; así hace Josep Vila Capdevila en Random Luxury, y también Davide Groppi en Vis a vis: belleza, luz y transparencia. Solo eso es suficiente.

MDF, Madrid Design Festival
Frafra 2. Blueprint of family compounds n.02 / 010724, (2024). Álvaro Catalán de Ocón
Exposición La Linea Sueña. Madrid Design Festival 2025
Davide Groppi. Exposición La Linea Sueña. Madrid Design Festival 2025

Trascender los límites del fulgor invita a la interacción con quien lo observa. Piezas cuya imagen cobra vida y juega a la ilusión óptica y dimensional en nuestra mente, siempre dispuesta a correr el riesgo del asombro. El papel de la iluminación como perfomance pública se halla en grandes estructuras poligonales que simulan organismos —Lampyridae, Carlos Corona—, en burbujas que centellean una señal pretérita y pixelada —Pixels del pasado, Juan Fuentes—, en mareas metálicas que nos sumergen en una urbanidad minimalista —El mar interior de la ciudad, LCI Barcelona junto a Kriskadecor—. Más allá, la sostenibilidad toma asiento en primera fila y salva con la fisicidad de nuevas estrategias el impacto que puede tener a nivel ambiental el deseo de condensar el resplandor. Gestos nobles y honestos que perfilan una economía circular y proyectan una luz al final del túnel en cuestiones fabriles y matéricas. Nos lo ilustra la lana fieltrada en Pixidio de María Abando Olaran, las algas japonesas en el cubo Less de We+, el papel reciclado en Carta Lamp de Sergi Peguera o la democratización de la impresión 3D en el conjunto Tierra, Mar y Aire de Héctor Serrano.

MDF, Madrid Design Festival
Barcelona Lamp, Antoni Arola. Madrid Design Festival 2025

“Por encima de todo la luz, el efecto espacial gracias a la luz”, escribía Klee en sus diarios. La línea, como constructora del universo morfológico, se subordina en cada sección expositiva planteada por Javier Jiménez Iniesta para permear con lo imprevisible de lo onírico. Y de esa manera, Javier Riera nos hace conectar irremediablemente con la parte más sublime de la existencia: esa que no se toca, pero se intuye presente. Ese halo de esperanza que cantaba The Smiths cuando sonaba There is a light that never goes out.

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