Diseñada por X+Living, la biblioteca Tianjin Zhongshuge se proyecta como un espacio recién salido de la mente maestra de Li Xiang. Un viaje sensorial hacia lo desconocido por el ladrillo, el hierro y, por supuesto, los libros.
Entre la realidad y la ficción. El imaginario utópico de X+Living
A la pregunta de cómo describiría en pocas palabras los interiores que diseña, Li Xiang responde: “De otro mundo”; y no se trata de un autoelogio exagerado. Cada uno de los espacios concebidos por esta arquitecta china —formada profesionalmente en su país y en Gran Bretaña— aparecen como un fulgurante estallido de la más osada imaginación; un atrevimiento de tomar diferentes direcciones y actitudes sin que su potencia se debilite un ápice. Sus diferentes proyectos muestran lugares que evocan las más chifladas escenografías de dibujos animados, la posible imagen de la fascinante biblioteca de Babel concebida por Borges o sitios ubicados quizás en galaxias muy lejanas, en tiempos futuros o utópicos.
Xiang fundó X+Living en 2011. La “X”, signo de la incógnita en las ecuaciones matemáticas, también alude aquí a lo desconocido, como una forma de simbolizar el espíritu en continua exploración del equipo que dirige. “Mis trabajos siempre van en pos de un estilo mágico, onírico e incluso surrealista porque lo que anhelo crear no es únicamente un ambiente atractivo, sino una experiencia espacial para el visitante, un diseño capaz de tocar el corazón de las personas”, explica.
Ese “tocar el corazón” debe entenderse como algo más allá de lo emocional o sentimental. Las propuestas de Xiang generan un impacto mental, la impresión ante la potencia de lo imprevisible. Y lo hacen desde un trabajo riguroso y minucioso, donde se cuida al máximo cada detalle y se intenta lograr el equilibrio entre la función y la estética, que busca desafiar lo establecido. “A mis ojos, un espacio no queda limitado por las paredes existentes y el techo. Voy a valerme de los métodos que ofrece la arquitectura para romper y reconstruir el patrón originario”, afirma.
El ascenso espiritual en la biblioteca Tianjin Zhongshuge
La contundencia de la imaginación de X+Living se manifiesta con una indescriptible grandeza y audacia en la concepción de bibliotecas y librerías. Inmensas superficies donde los libros se despliegan en rutas que parecen brotar incesantes; caminos por los que el usuario parece estar peregrinando por los canales del pensamiento u ocupando antiguas celdas de estudio, tomando volúmenes acomodados en repisas de imprevisibles contornos. El caso de la biblioteca Tianjin Zhongshuge se proyecta como un impresionante edificio de tres plantas en ladrillo y mobiliario en hierro. Ambos materiales están presentes en cada uno de los elementos que constituyen esta arquitectura: de la fachada a las propias estanterías. Y la combinación de estos en el desarrollo estructural confecciona un interior que hibrida las imágenes de un pasado arcaico y de un futuro de ciencia ficción.
El ladrillo dialoga con el entorno histórico colindante, y evoca ese recuerdo pretérito e idealizado —la perdida Biblioteca de Alejandría— al emplearse para los componentes funcionales: estanterías, columnas, asientos… compactados como parte de un mismo organismo. Destaca la bellísima espiral que traza la escalera, como una metafórica estampa del anhelo humano por hallar la verdad, convirtiendo el movimiento ascendente del visitante en una simbólica elevación espiritual. Por su parte, el hierro se percibe a modo de alusión a la identidad tradicional del enclave —una ciudad de esencia marítima— y a la imagen del fluir del saber.
“Es un diseño que aspira a diluir las fronteras físicas de la arquitectura, planteando que, aunque los límites entre conocimiento y cognición son muy difusos, el núcleo espiritual es diáfano y valeroso”, señala Xian. La delicia y la necesidad de la extrañeza, de la sorpresa, de la entrada en lo inimaginado y lo ignoto. Esa es la arquitectura de X+Living.
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