BIG —el megaestudio danés de Bjarke Ingels— ha levantado en Copenhague dos torres residenciales con pequeñas unidades habitacionales para estudiantes. Organizadas en una estructura radial anodina, intentan salvar el tipo con un recubrimiento de púas a modo de balcones. Una copia de otras tres que ya erigieron en Esbjerg, Dinamarca.
Unas torres residenciales con forma de cactus
Planta casi circular, terrazas en cuadrado, giros y pinchos. Situadas en el distrito Vesterbro de la capital danesa —entre la estación de tren de Dybbølsbro y el nuevo Ikea—, las Kaktus Towers suman 495 residencias para estudiantes. Organizadas alrededor de un eje central de comunicación vertical, están distribuidas radialmente formando un hexadecágono y alcanzando hasta 80 metros de altura.
Asimismo, las dos torres se disponen en esquinas enfrentadas, conectándose en su base por un parque elevado —aún sin terminar y con sus cuatro lados al nivel del suelo—, que sirve de cubierta a un área comercial. A ambas se le añaden ambientes exteriores cuadrangulares de dos tamaños diferentes, que visualmente quedan girados en la fachada con respecto al anterior. De esa manera, se obtiene la imagen de un cactus o de un instrumento medieval de tortura, un edificio sobre el que Godzilla no querría caer encima —esto no es mío, es de Frank Lloyd Wright—.
Cabe destacar que los paramentos de cierre entre terrazas pierden su frontal vertical y pasan a ser diagonales junto con sus barandillas. Si ya teníamos una terraza que parecía más balcón, ahora hay que añadir que puede tocarte la barandilla inclinada hacia dentro, dejándote aún menos espacio. Pero puede que consigas la que está generosamente inclinada hacia fuera y termines haciendo vida de interior, disfrutando de muebles y suelo de madera, paredes y techo de hormigón pulido. 33 m2 para estudiantes por 10 000 coronas danesas, unos mil euros.
BIG replica el modelo de Esbjerg en Copenhague
Como se dijo al comienzo, este proyecto es réplica de otro anterior: un hotel y viviendas repartidos en tres torres —más bajas que estas de Copenhague— que también se unen por una plaza pública elevada. La única diferencia entre ambas propuestas es que la de Esbjerg tiene los suelos de hormigón, algo que se ha llevado no pocas quejas de los usuarios. Todo lo demás es exactamente igual: mismas dimensiones, mismas terrazas, mismos giros, mismas barandillas pensadas para el vértigo. Y la configuración vuelve a ser exactamente la de un hotel. Existen grandes zonas comunes con cocina outdoor y área de barbacoa, cuarto de lavadoras, gimnasia, café y local para fiestas.
BIG se felicita por haber conseguido una construcción económica gracias a la repetición, mientras que los usuarios se quejan de que están mal terminadas, sobre todo por humedades y goteras. BIG habla de la impactante expresividad arquitectónica lograda, pero obvia decir que ya hizo esto antes, y divide a los observadores entre los que aborrecen su apariencia y los que la alaban. Unas torres con aspecto de cactus cuyas púas distraen de una esencia aún más espinosa.
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BIG es uno de los estudios de arquitectura más reconocidos del mundo. Fue fundado por Bjarke Ingels en 2005 y tiene sede en Copenhague, Nueva York, Londres, Barcelona y Shenzhen. La arquitectura de BIG surge de un análisis cuidadoso de cómo la vida contemporánea evoluciona y cambia constantemente. Una arquitectura utópica a la par que pragmática.
Dos, una en Esbjerg, con uso de hotel y residencias, y otra esta de Copenhague. La primera consistía en tres torres con plaza y esta son dos, con plaza también.