El Parque Natural Amager de Copenhague se ha convertido en un refugio de biodiversidad y diseño paisajístico. Con intervenciones de ADEPT y LYTT Architecture, el espacio conecta ciudad y naturaleza mediante pasarelas flotantes y folies de madera que respetan el ecosistema y narran una experiencia sensorial única.
La naturaleza de Copenhague más viva que nunca
El Parque Natural Amager comparte isla con el aeropuerto y la mitad de Copenhague. Esta porción de tierra —que fue dragada del mar al principio del siglo XX tras la edificación de un dique— ha permanecido casi completamente intacta pese a los diversos crecimientos urbanos. Hoy en día, un habitante de la capital danesa puede caminar 12 km desde el centro y llegar al corazón de esta reserva de la biosfera. Sin embargo, este paseo necesitaba resolver, en un trayecto relativamente corto, una sucesión de distintos paisajes —un gradiente— que podía resultar confusa si no se atendía a todas las características.
Parte de la respuesta a este desafío territorial ha sido el proyecto de ADEPT y LYTT Architecture: un itinerario a través de pequeñas folies e intervenciones, que ayudan a esbozar una narrativa en un lugar de contrastes y que articulan un discurso entre el entorno humano y el silvestre. El trabajo empieza por lo concreto para extenderse a lo general. Los arquitectos han situado el comienzo en una pieza de madera de cubiertas inclinadas que parece copiar los tonos grises de los humedales. Una tipología aparentemente elemental que sus autores se encargan de ampliar, deformar o replicar para crear atalayas, espacios didácticos o de actividades lúdicas.
Pequeños folies en el parque natural Amager
Los nuevos hitos se distribuyen por este hábitat protegido teniendo en cuenta los usos y el carácter variable del paraje. Los más dinámicos —plazas, zonas de juegos o el centro de interpretación— quedan casi introducidos en las calles del extrarradio y nos van llevando hacia los más sobrios —puestos de observación y descanso— en los senderos del parque. Toda la propuesta queda cosida con un recorrido perimetral, que no se adentra en la reserva para conservar al máximo el espíritu de santuario de la biosfera que ha mantenido toda la zona. Esta decisión se acompaña con un sistema que hace flotar las pasarelas y los edificios para interferir lo menos posible en los asuntos ecosistémicos. Los trazados son suaves, los materiales no son tóxicos y el tipo de construcción, rápida. Arquitectura para amantes de la naturaleza.
La distancia que separa el núcleo de Copenhague del Parque Natural de Amager cuenta la historia del urbanismo europeo en menos de tres horas de paseo: desde la ciudad medieval amurallada hasta la que se preocupa por acercar los beneficios de las áreas verdes a sus habitantes. El ejercicio de ADEPT y LYTT Architecture se inserta en ella con coherencia y sencillez; como un capítulo más de un relato inacabable que busca respetar el mundo y, a la vez, respetar la escala humana.
En este enlace puedes leer más artículos sobre otras intervenciones arquitectónicas en parques naturales.