Calles estrechas, ruido, privacidad y confort. Plantear un edificio nuevo de viviendas en el centro de una metrópolis se basa, en esencia, en contraponer estos conceptos y, de alguna manera, salir victorioso. El estudio taiwanés Paperfarm lo ha mostrado en Veil House, un bloque forrado de celosías de ladrillo que se protege del ambiente hostil.
Celosías de ladrillo para proteger viviendas
¿Es la ciudad realmente un factor limitante? Hacer que estas crezcan es cada vez más difícil y, con más frecuencia, tiene un coste —ecológico, social o urbano— mayor. Casi cualquier propuesta de vivienda colectiva, ya sea de rehabilitación o también de obra nueva, se debe entender como una pequeña pieza de un puzle mucho más grande, más complejo y más antiguo. Y los arquitectos de Paperfarm han utilizado esta problemática como desencadenante de un ejercicio de diseño.
La fachada de Veil House se encaja entre dos medianeras —como un frigorífico en el hueco de una cocina— y sirve como filtro para aliviar toda la presión urbana. Para proyectar este bloque de viviendas se ha empleado la imagen de ladrillo que predomina en la calle en que se ubica, lo que configura un paisaje totalmente reconocible. Los arquitectos han planteado una envoltura metálica recubierta por una celosía de ladrillos. Con ello se permite el paso de luz y de aire, pero guardando la privacidad del interior de las residencias, especialmente en las plantas más bajas.
La esencia de Kaohsiung
El juego tradicional de llenos y vacíos se rompe con un gradiente de píxeles que persigue la ligereza en una tipología externa que siempre ha sido sólida. Este gesto se combina con una solución de ventanas abatibles, que también se integran en la piel de ladrillo. El trabajo del estudio taiwanés se esfuerza por transformar la fachada en una dermis practicable y vaporosa, en revertir la idea de un material y de una técnica sin renunciar a la esencia del entorno urbano de Kaohsiung.
La construcción de Paperfarm nos recuerda a las casas patio mediterráneas. A esa clase de arquitectura que explica, solo por cómo están pensadas, la forma en que sopla el viento o cómo incide el sol. No podemos decir que el lenguaje de la celosía nos haya sorprendido, pero lo que Veil House sí que ofrece —igual que la mayoría de la arquitectura vernácula— es una visión concreta y muy clara de un problema mucho más amplio: la incidencia que las ciudades y su paisaje tienen sobre nuestros nuevos edificios.
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El proyecto de Paperfarmse encuentra en el centro urbano de la ciudad de Kaohsiung (Taiwán).
Los arquitectos han diseñado una piel de ladrillo que protege del ruido y ofrece privacidad a las partes de las viviendas que dan a la calle.
