Hasta el 21 de mayo, el MEP de Paris acoge la primera retrospectiva en Francia dedicada a Zanele Muholi, fotógrafa y activista sudafricana cuya obra documenta la vida de la comunidad negra LGBTQIA+. Una muestra que reúne más de 200 piezas y abarca toda su trayectoria hasta la fecha.
Zanele Muholi y el desafío de los estereotipos queer y transfóbicos
Zanele Muholi (1972, Sudáfrica) se define a sí misma como «activista visual» y utiliza la cámara como herramienta contra la injusticia. A pesar de los avances sociales y políticos en Sudáfrica en los noventa, los integrantes del colectivo LGBTQIA+ de raza negra siguen siendo objeto de violencia y prejuicios en su tierra. «Mi misión es reescribir una historia visual queer y trans negra de Sudáfrica, para concienciar sobre nuestra resistencia y existencia en pleno auge de los crímenes de odio en nuestro país y en otros lugares», explica la artista.
La exposición recorre la trayectoria artística de Zanele Muholi a través de algunos de sus proyectos fotográficos que funcionan como bloques temáticos de la muestra. «Las imágenes que vemos se sustentan en oposiciones que nos han inculcado durante mucho tiempo: heterosexual/gay, hombre/mujer, africano/no africano. Desde que nacemos se nos enseña a interiorizar nuestras realidades, olvidando a veces que cuando los cuerpos se conectan y se vinculan, la sensualidad va más allá de las comprensiones simplistas del género y la sexualidad», apunta Muholi.
Fotografía LGTBQIA+ y etnicidad
En la serie Being (2006 – presente), Muholi inmortaliza a parejas enamoradas en su esfera privada. En ella denuncia la idea preconcebida de que lo queer es «no africano», que se basa en parte en la creencia de que la orientación homosexual es una importación colonial a África. La fotógrafa cree que estas instantáneas son necesarias para desmontar la visión patriarcal que impone la heterosexualidad como «norma» u orientación por defecto. En el caso de Only Half the Picture (2002-2006), se encarga de documentar las vidas de supervivientes de delitos de odio que residen en barrios sudafricanos construidos durante el apartheid. La identidad de las modelos se oculta para protegerlas después de haber sufrido violencia de género en múltiples variaciones.
Brave Beauties (2014 – presente) se centra en los concursos de belleza queer que sirven como un espacio para la resistencia dentro de la comunidad LGBTQIA+ negra de Sudáfrica. Está conformada por retratos de mujeres transexuales, personas de género no conforme y no binarias. Estas candidatas y drag queens, según explica Muholi, «se presentan a estos eventos para cambiar la mentalidad de las comunidades en las que viven, las mismas comunidades en las que tienen más probabilidades de sufrir acoso o algo peor». Con este conjunto desafía los estereotipos queer y transfóbicos y el estigma de la vergüenza corporal.
En la exhibición también se incluye Somnyama Ngonyama (2012 – presente),que abarca sus célebres autorretratos y cuyo título significa «¡Salve, leona negra!» en zulú. Muholi encarna distintos personajes que exploran representaciones relacionadas con la etnicidad. Asimismo, acentúa el contraste en estos autorretratos, exagerando la negrura de su piel para resaltar su belleza. «Estoy reivindicando mi negrura, que creo que está continuamente sujeta a las interpretaciones de un otro privilegiado». Empleando utensilios domésticos cotidianos —esponjas de acero inoxidable, pinzas para la ropa, guantes de látex, un plumero, etc.—, Muholi enfatiza los marcos culturales impuestos a las mujeres negras.
Y, por último, podemos encontrar Faces and Phases (2006 – presente), que consta de más de 500 imágenes. Una poderosa pieza colectiva que elogia, conmemora y archiva las vidas de lesbianas, transexuales y personas de género no conforme. Todas siguen el mismo patrón: a igual distancia de la cámara, misma postura, luz natural, blanco y negro. Con esta propuesta, Muholi, además de dar visibilidad a gente LGBTQIA+ negras de Sudáfrica, les da la oportunidad de afirmarse a sí mismas.
Queerizando el espacio
Como ha quedado de manifiesto, Muholi está muy implicada en la comunidad a la que pertenece y defiende. Su labor fotográfica es inseparable de su activismo político. En sus retratos individuales y colectivos, la artista trata de poner en evidencia —en el sentido más estricto de la palabra— a las personas queer y racializadas, al tiempo que cuestiona los tópicos dominantes que se les asocia. Ella misma se considera no binaria, y por esa razón los textos de las cartelas utilizan lenguaje inclusivo (elle) en todas sus explicaciones.
Fotografiar a participantes LGBTQIA+ negros en espacios públicos es parte fundamental del activismo visual de Zanele Muholi. «Queerizamos el entorno para poder acceder a él”. Y es así cómo su obra ha conseguido trascender sus propios intereses y el ámbito local en el que se inserta. Su trabajo plantea numerosas reflexiones sobre identidad y activismo político. Nos obliga a recapacitar y, a menudo, a revisar nuestro juicio sobre cómo la propia representación puede excluir a determinadas comunidades e identidades.
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Es una artista y activista sudafricana no binaria que orienta su trabajo hacia cuestiones de raza, género y sexualidad a través de la fotografía, el vídeo y la instalación.