El artista visual checo Jiří Příhoda propone una extensión de una casa existente, a modo de estudio, suspendida sobre el suelo. Esta habitación exterior, denominada Daftroom, permite su uso prolongado durante todo el día, ya que está fabricada con un material luminiscente que irradia luz en la noche sin tener que emplear iluminación artificial en su interior.
Nomadismo dentro de la arquitectura
En este último año, concretamente en los meses de confinamiento debido a la pandemia provocada por la COVID-19, se ha puesto definitivamente en crisis el programa estándar de vivienda. El liberalismo económico ha explotado el mercado inmobiliario de forma irresponsable hasta la situación actual, dando como resultado espacios domésticos cada vez más pequeños y poco prácticos para pasar mucho tiempo en ellos.
Los recintos ajustados a un solo uso y la especificidad que impera en nuestros hogares se ha visto alterada por una demanda vital de contar con ambientes de ocio para hacer frente a las largas horas de teletrabajo, pero también de habitaciones exteriores que hagan más llevaderas las horas de encierro. La arquitectura en este momento se entiende como un contenedor en el que el usuario se traslada de un lugar a otro, como un nómada en búsqueda de un emplazamiento adecuado a cada necesidad. Este nomadismo en época de coronavirus es la consecuencia de la apropiación temporal de los espacios, la migración de actividades adheridas a objetos ya sea por entretenimiento o productividad.
La habitación exterior de Jiří Příhoda
Los ocupantes de las residencias pospandémicos se mueven entre estancias llevando consigo pocos útiles, igual que sucedía en el Pao de la mujer nómada de Toyo Ito. Sin embargo, en este caso los gadgets son un ordenador portátil y un smartphone. Por este motivo, analizando esta concepción asociada a las nuevas exigencias domésticas, Jiří Příhoda diseña en Daftroom una habitación exterior contigua a una vivienda existente.
Esta sala anexa está provista únicamente de una gran mesa suspendida del techo—abatible a modo de escritorio— y una zona de descanso, que cuenta con una cama en la parte inferior accesible al abrir las piezas móviles del pavimento. Este conjunto facilita al nuevo nómada apropiarse de él y transformarlo según las necesidades.
Lo que llama más la atención en la habitación exterior Daftroom, además de su forma cilíndrica colgante sobre el suelo, es el componente de su envolvente fachada. Se trata de una sustancia luminiscente que absorbe la luz del día para luego emanarla durante aproximadamente 8 horas. Gracias a ello, toda la noche se puede utilizar el estudio sin tener que añadir ningún tipo de alumbrado artificial.
Con este proyecto, Jiří Příhoda da un paso más respecto a su anterior prototipo, Firefly, presentado en la Designblok de Praga en 2013. En Daftroom se eliminan los paramentos opacos externos para que el material Corralit ilumine el interior, ofreciendo una mayor flexibilidad en su uso al habitante nómada.